ESTADO DE MÉXICO, junio 28 (TRADICIÓN ES CULTURA).- La iniciativa fue creada por un alumno del taller de Euskera de la UNAM para reconocer y terminar con actitudes que violentan a las comunidades indígenas.
Aunque a veces se oculte o se niegue, uno de los principales problemas de México es el racismo de la sociedad, empezando por el término tan usado entre la población: mestizo. Esto lo explicó hace unos años Federico Navarrete, del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM.
“Este concepto, pretendidamente incluyente, en realidad excluye, pues define quién puede ser integrado y quién no, y deja de lado a grupos poblacionales importantes como los indígenas, a las personas de origen africano o asiático, o a los inmigrantes judíos y a otros grupos supuestamente incapaces de asimilarse”, expresó en una entrevista.
Por ello, diversas organizaciones e instituciones han luchado contra la exclusión, haciendo diferentes dinámicas para el conocimiento de estas conductas que se deben erradicar. Por ejemplo, el violentómetro lingüístico.
Esta iniciativa fue creada por un alumno del taller de Euskera de la UNAM. Su intención es que encontremos espejos que nos hagan reflexionar, cambiar y no admitir actitudes violentas en lo lingüístico.
En su cuenta oficial de Facebook, el taller universitario explicó que la diversidad dingüística está en peligro debido a muchas políticas lingüísticas que las minorizan. Por ello, la creación del violentómetro.
Este ejercicio, que consiste en mirar una imagen, tiene 14 niveles. En cada uno viene una actitud violenta, pero conforme al color (a amarillo a rojo), las acciones son más graves que la anterior.
La “menos grave” reza: “Creo que en México toda la gente debería hablar español”. En cambio, la “más grave” de todas es: “Estoy de acuerdo en que se prohíba hablar lenguas originarias en la escuela”.
Lenguas en peligro de extinción
La Secretaría de Cultura, en un comunicado de 2020, señala que en México existen 11 conjuntos de lenguas cuyas semejanzas estructurales y léxicas comparten un origen histórico común. Es decir, familias lingüísticas que están representadas con al menos una de sus lenguas.
México también posee hablantes de 68 lenguas indígenas y se hablan 364 variantes lingüísticas. Además, se estima que en México hay 7.4 millones de personas de 3 años y más que hablan alguna lengua indígena.
Con todo ello, las lenguas indígenas se enfrentan a la posibilidad de su propia extinción, pues el 60% de ellas está en riesgo de desaparecer. La dependencia indica que es debido a diversos procesos sociales como la globalización y la marginación social a la que han sido empujadas las personas indígenas.
Entre las lenguas que se encuentran en peligro extremo de extinción se encuentran ku’ahl y kiliwa de Baja California, awakateko de Campeche, mocho´ de Chiapas, ayapaneco de Tabasco, ixil nebajeño y kaqchikel de Quintana Roo, zapoteco de Mixtepec, e ixcateco y zapoteco de San Felipe Tejalápam de Oaxaca.