Egresado del taller de Artes Plásticas de la Universidad de Nuevo León, así como de la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda, Gerardo Cantú es reconocido como pintor, dibujante, pero también como muralista.
La Secretaría de Cultura federal y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), lamentan el deceso de Gerardo Cantú (1934), artista originario de Nueva Rosita, Coahuila, quien fue pionero del grabado en México, director de Artes Plásticas del Instituto de Cultura en Nuevo León, además de dirigir el Taller de Experimentación Plástica, impartió clases de 1979-1980 en la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda.
Durante su trayectoria presentó más de 300 exposiciones, entre ellas tres individuales en el Palacio Nacional de Bellas Artes, así como en la República Checa, Francia, Cuba, Argentina, Paraguay, Brasil, España e India, donde presentó obras como El diablito, Hay días que no se olvidan, La Celestina, El discreto encanto, El poeta y la musa, La niña y la mariposa, entre otras.
Cabe señalar que parte de su obra, además de dibujos, litografía y grabados, también la conforman murales, algunos de ellos se encuentran en el Paseo de Santa Lucía en Monterrey y en la Pinacoteca de Nuevo León.
Gerardo Cantú, quien fue becado por la Academia Nacional de Artes Plásticas de la Universidad Carolina de Praga, obtuvo varios premios, entre ellos el de Pintura en Arte (1969); así como reconocimiento por parte del Salón de la Plástica Mexicana; el Premio de Grabado en el Salón del Dibujo y la Estampa de la Ciudad de México (1975).
El Museo Mural Diego Rivera del INBAL presentó la exposición Gerardo Cantú. Un mismo amor, vivencias y videncias —7 de diciembre de 2016 al 23 de abril de 2017–, en la cual compartió 67 obras; la muestra se llevó a cabo en reconocimiento al artista por sus 60 años de labor artística, en los que ha cultivado el grabado, el dibujo, la talla, la pintura al óleo y el muralismo, entre otras disciplinas.