La Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) recuerdan este 5 de octubre a Álvar Carrillo Gil en su 47 aniversario luctuoso, reconocido pintor y pionero del coleccionismo mexicano, quien legó el recinto que lleva su nombre: Museo de Arte Carrillo Gil, cuyo acervo comprende obra de caballete, grabado, litografía, serigrafía, collage, fotografía y escultura, principalmente.
Originario de Opichén, Yucatán, Carrillo Gil (6 de julio, 1898 – 5 de octubre, 1974) integró su colección con la adquisición del dibujo La Chole, de José Clemente Orozco, para sumar obras de Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros, Gunther Gerzso, Wolfang Paalen, Luis Nishizawa, así como estampas japonesas de los siglos XVII a XX, además de obras gráficas de artistas de la vanguardia europea, así como obra de su propia creación.
En 1938, al lado de su esposa Carmen Tejero, el pediatra y pintor comenzó una de las colecciones más importantes de arte moderno con piezas de los pintores mexicanos de la primera mitad del siglo XX, la cual, a decir de especialistas, incluye el conjunto más significativo de obra de caballete, grabado y dibujo de José Clemente Orozco, Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros.
El doctor Carrillo Gil compartió su colección al presentarse en París, Estocolmo, Londres, Lima, Tokio, Osaka, Bruselas, Nueva York, Montreal, Varsovia, Moscú y San Antonio; incluso un importante número de obras formó parte de la selección que viajó para la XXV Bienal de Venecia, con la cual México obtuvo el Premio Internacional en 1949.
Carrillo Gil se empeñó en seleccionar lo esencial, novedoso y provocador del arte de su momento, debido a una notable inquietud por el estudio del arte mexicano, pero esa voluntad por compartir su colección y difundir el arte mexicano lo llevó a la creación de una gran biblioteca especializada.
El también pintor llevó a cabo varias muestras individuales, expuso en distintas ocasiones en la Galería de Arte Mexicano de Inés Amor y en la Galería Antonio Souza.
A finales de la década de los cincuenta, se propuso construir un edificio para albergar su colección, proyecto que encargó a los arquitectos Augusto H. Álvarez y Enrique Carral Icaza. Una de sus aportaciones son las rampas icónicas del edificio para recorrer el acervo de manera continua. La obra arquitectónica comenzó en 1960, pero se interrumpió al año siguiente por cuestiones económicas. El proyecto se retomó en 1973 debido a la perseverancia de Carrillo Gil y Carmen Tejero. Finalmente, el 30 de agosto de 1974 se fundó el MACG con las obras de su colección y una biblioteca con un extenso número de libros sobre arte.
En la actualidad, el recinto continúa con la misión de investigar, difundir y buscar nuevas maneras de comprender la relevancia del acervo conformado por Álvar y Carmen Tejero de Carrillo Gil.
La colección del recinto consta de 2 mil 217 piezas: 1,418 pertenecían al acervo privado de Carrillo Gil y el restante es producto de donaciones diversas.