*Eréndira Zavala C*
Muchas de las tradiciones que existen en México y en el mundo tienen que ver con costumbres religiosas, como es el caso del festejo por la Santa Cruz el día 3 de mayo. ¿Quién no ha visto una cruz adornada en las construcciones? o ¿Quién ha escapado de escuchar la pirotecnia que se destina para ese día?
El origen de esta fiesta se remonta a la época del emperador Constantino en Roma, cuando su madre Elena, llevó a cabo en Jerusalén una búsqueda de la cruz de Jesús, se dice que encontró tres cruces y, según un documento del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI), “para saber cuál de las tres correspondía a la de Jesús, Elena decidió tocar a una mujer mortalmente enferma con las tres cruces sucesivamente. Las dos primeras no le causaron ninguna impresión, pero cuando fue tocada por la tercera cruz, se puso de pie, curada milagrosamente, de esta manera se dieron cuenta de que la Santa Cruz había sido encontrada”.
A la fecha, una gran parte de esa cruz se encuentra en la Basílica de la Santa Cruz en Jerusalén, donde se resguarda una de las reliquias más veneradas de la religión católica y a donde acuden miles de fieles.
Según el INPI, en nuestro país, la celebración de la Santa Cruz está asociada con rituales prehispánicos de fertilidad y agricultura, dado que en tiempos de la Colonia la petición de lluvias a Tláloc fue transformada en rezos para las buenas cosechas y se incorporó la devoción a la reliquia, como parte de la conversión del indígena a la fe católica.
Desde la época de Fray Pedro de Gante, los albañiles acostumbran colocar una cruz adornada con flores naturales o de papel en la parte alta de la construcción en la que se encuentren trabajando, se manda a dar una misa y para terminar conviven en una gran comida para agradecer a Dios por las labores.
Esta fiesta es considerada por algunos antropólogos mexicanos como la cuarta fiesta más celebrada después de las fiestas de la Virgen de Guadalupe, Semana Santa y el Carnaval.
Los mexicanos solo requerimos de una pequeña invitación para festejar, que sea esta fecha y ahora conociendo su origen, la perfecta excusa para continuar celebrando tradiciones antiquísimas y enriqueciendo nuestro bagaje cultural, en compañía de aquellos que con tremendo esfuerzo levantan nuestras construcciones.