*Gaby L.C*
Este 15 de agosto se celebra el Día Nacional de Cine México una fecha muy importante para la industria cinematográfica de nuestro país implementada por el Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE) con el fin de difundir e impulsar el desarrollo del séptimo arte en México.
Aquí te contamos un poco de la historia del cine mexicano que actualmente mantiene un perfil irregular, pero aún así las producciones cinematográficas mexicanas siguen siendo un referente en el extranjero y sobre todo en América Latina, además de ser recordado por su destacada etapa que se le dominó “Época de Oro del cine mexicano”.
A lo largo de la década de los años cuarenta y cincuenta el cine mexicano vivió dicho esplendor dándose a conocer en el ámbito internacional, con files como María Candelaria en 1946 bajo la dirección de Emilio Fernández y con la icónica fotografía de Gabriel Figueroa.
En ese mismo año hasta 1952 aunado a los conflictos de la Segunda Guerra Mundial que imitaba la producción del cine norteamericano y europeo, es que el séptimo arte adquirió una peculiar relevancia en México al grado de que la producción del filme se convirtió en una de las principales industrias del país.
Pero se dice que el rotundo éxito del cine mexicano es alcanzado con la película “Allá en el rancho grande” de 1936, que dio paso a las demás producciones mexicanas, principalmente por explorar otros ámbitos como la adaptación literaria y la comedia musical.
Así como aquellas aproximaciones a los escenarios que mostraban la belleza de los pueblos mexicanos, su vestimenta, comida, e incluso sus barrios más pobres e inseguros, hechos que fueron amados por el público nacional y extranjero.
Destacando nombres de lo que hoy en México se conoce como primeros actores, como Pedro Infante; María Félix; Jorge Negrete; Cantinflas; Dolores del Río; Luis Aguilar; Sara García; Pedro Armendáriz, entre otros, quienes trabajaron de la mano de grandes directores como Emilio Fernández; Julio Bracho; Roberto Gavaldón; Ismael Rodríguez, y muchos otro más.
Los géneros del cine mexicano:
Entre sus principales temas de creación estaba lo que se conocía como “el melodrama ranchero”, uno de los ejemplos relevantes tiene fecha desde 1935 con Janitzio dirigida por Carlos Navarro, el papel protagónico estuvo en manos de Emilio Fernández, acompañado por la actriz María Teresa Orozco y Gilberto González.
Otro filme que destaca es ¡Ay, Jalisco, no te rajes! (1941), de Joselito Rodríguez; Flor silvestre; Enamorada de 1946, filme que incluso obtuvo el Premio Ariel como Mejor Película; así como Los tres García (1946), de Ismael Rodríguez.
Mientras que “dramas urbanos” son aquellos filmes que sus historias fueron contadas en las calles de las ciudades de México y de la misma capital, la ahora Ciudad de México, destacan filmes como ¡Ay, qué tiempos, señor don Simón! (1941), de Julio Bracho; Cuando los hijos se van (Juan Bustillo Oro, 1941); a mitad del siglo el filme Campeón sin corona (1946), bajo la dirección de Alejandro Galindo, llegó a los cines del país; Nosotros los pobres (1948), de la dirección de Ismael Rodríguez; entre otras más.
Asimismo, la época de oro del cine mexicano se caracterizó por un encuentro importante entre la creación literaria y la cinematográfica uno de los ejemplos más representativos de este nexo recae en la historia de Doña Bárbara (1943), dirigida por Fernando de Fuentes a partir de la novela homónima.
También se encuentra el filme La trepadora (1944), bajo la dirección de Gilberto Martínez Solares.
Mientras que las clásicas comedias mexicanas donde destaca Mario Moreno y su personaje Cantinflas, además de Germán Valdés “Tin-Tan” dos de las figuras más representativas del género en México y el mundo, con filmes como Calabacitas tiernas; El rey del barrio.
Cabe mencionar que en esta época también destacaron películas de Luis Buñuel, quien llegó a México en 1946, y tras nacionalizarse mexicano dió rienda suelta a su creatividad como director de México con películas como El gran calavera (1949).
Pero la más conocida, la película Los olvidados, nominada a la Palma de Oro en Cannes y a los premios BAFTA en 1952, además de ganar once Premios Ariel, incluyendo las categorías de Mejor película y Mejor director.
Pese a que México era fuerte en esta industria el declive comenzó a finales de la década de los cincuenta, a raíz del fin de la guerra y la reincorporación de los filmes europeos y norteamericanos al mercado, sin duda, la competencia cada vez para México fue ardua, por lo que se apostó por una producción más rápida y barata, pero que afectó directamente a la calidad lograda en los años anteriores.