*Eréndira Zavala C*
La música es una parte importante que nos acompaña en todo momento, aún en la calle con un peculiar sabor popular… En la década de los años cuarenta, en el barrio de Tepito, en la CDMX, a un director de orquesta se le ocurrió poner música y encanto a un cumpleaños en el patio de la vecindad donde vivía, dando inicio con ello a la tradición del DJ de barrio o ambientador, primer nombre dado al sonidero. Este personaje se dio cuenta del poder que tenía la música en las fiestas y comenzó a buscar y a construir equipos con una mejor calidad y potencia, con bocinas inmensas, y para probar esos equipos, organizaba reuniones con el barrio; el sonidero nacía como un oficio.
Se considera que la época de oro del movimiento sonidero en México fue de los años 1970 a 1990, gracias al auge que tuvieron los ritmos tropicales entre 1950-1960, cuando la gente comenzó a coleccionar discos y reproducirlos en sus fiestas.
En los setentas con la llegada de los micrófonos, comienzan los anuncios de las canciones y las animaciones para que la gente baile, además de los saludos llenos de folclor a quienes lo escuchan. Estos saludos en un principio, eran dirigidos solamente a los festejados, con el tiempo se transformaron en mensajes de aliento, chistes, amor, desamor o consuelo.
Desde esa época el sonidero con sus compases afroantillanos, salsa y cumbia sigue cumpliendo con el principal propósito con el que se creó: llevar los ritmos tropicales a la gente, con temas que lleguen y alegren al corazón. Su sonido es tan inconfundible y representativo que asombrosamente tiene similitudes con el sound system de Jamaica, el tecnobrega brasileño y el dj neoyorquino ligado al hip-hop.
El actual sonidero distorsiona la música y envía saludos constantemente al público, tiene sus propios discos de recopilaciones, logos, fans, seguidores, playeras y chamarras, salón de baile, luces y hasta espectáculo. El sonidero es un fenómeno que ha influenciado la difusión de la música tropical a lo largo y ancho del mundo, sin que tenga un verdadero reconocimiento como parte del folclor netamente mexicano, nacido en una vecindad del barrio de Tepito.