*Eréndira Zavala C*
Una tradición recreativa y llena de diferentes actividades es la visita al “Parque Nacional Insurgente Miguel Hidalgo y Costilla”, mejor conocido como “La Marquesa”, ubicado en la Sierra del Ajusco o Sierra de las Cruces, comparte una frontera con el Parque Nacional Desierto de los Leones; de origen volcánico de rocas ígneas, a una altura de 2700 msnm, clima semifrío-subhúmedo y cubierto de coníferas, este lugar es uno de los parques más visitados en el país.
Se cree que esa tierra pertenecía originalmente al pueblo otomí y que alrededor de 1450, los tecpanecas se refugiaron ahí después de ser derrotados por los pueblos de Texcoco y México-Tenochtitlán. Cuando esta ciudad cayó, se le otorgó a Hernán Cortés y hacia 1532, fue entregada a Juana de Zúñiga quien funda la Hacienda La Marquesa. En la zona conocida como “El Zarco”, aún queda un edificio que formaba parte de la hacienda y actualmente es un centro educacional.
En este lugar el 30 de octubre de 1810, ocurre la Batalla del Monte de las Cruces, entre los insurgentes bajo el mando de Miguel Hidalgo y las fuerzas novohispanas con el General Torcuato Trujillo al frente. En 1852, con fondos locales se levantó un obelisco conmemorativo basado en un diseño anterior de Manuel Tolsá.
A finales del siglo XIX, se edificó la primera fábrica de vidrio en La Marquesa -primera de vidrio soplado en toda América Latina- y comenzaron a inaugurarse otro tipo de compañías y plantas industriales en el camino México-Toluca. Con la Revolución, el movimiento zapatista fue uno de los más activos del lugar asentándose en pueblos como Las Cruces, Atlapulco y La Marquesa.
El 9 de septiembre de 1936, La Marquesa es reconocida como parque nacional y área natural protegida por decreto emitido por el entonces presidente Lázaro Cárdenas.
A lo largo de la carretera se encuentran un sinfín de restaurantes y proveedores de servicios como alquiler de caballos y cuatrimotos, además de la renta de cabañas y actividades como senderismo, paseos en bicicleta, pesca y montañismo. En toda su extensión de 1760 hectáreas, pueden encontrarse lugares para estacionar, sanitarios, salones de fiestas o eventos, palapas, asadores, juegos infantiles y miradores naturales.
Hoy día, La Marquesa es uno de los parques más concurridos y tradicionales para los habitantes de la CDMX y el Estado de México. Es un lugar hermoso con historia, tradición y muchas costumbres, un destino que los fines de semana rebosa de familias y amigos para convivir, admirar los paisajes y pasar un rato agradable.