Para lograr la promoción y construcción del sentido de pertenencia mexiquense, el Fondo Editorial Estado de México (FOEM), acerca a las y los lectores a la colección Identidad, la cual tiene un carácter histórico, antropológico, ecológico, cultural y educativo.
Las series dentro de esta colección abarcan las biografías Cuadernos de Pedagogía y Didáctica, Cultura y Sociedad, En torno a la equidad, Historia, Páginas de vida y Senderos de la memoria. Una gran variedad de títulos que sumergen al lector en la historia del Edoméx y conectan con sus raíces.
“La tradición oral de las comunidades mazahuas del Estado de México”, de David Figueroa Serrano, es el resultado de un conjunto de investigaciones enfocadas a la recuperación de la tradición oral de diferentes comunidades mazahuas del Estado de México.
Con un libro fluido, se exponen las formas en que se concibe la naturaleza y los procesos que ocurren cuando la tradición oral se ve inmiscuida. En cada página, el lector podrá entender los elementos que aportan categorizaciones al entorno de las poblaciones mazahuas.
Para conocer sobre la historia de los pueblos indígenas que habitaron el estado hace muchos años, “Cacicazgo, poder local y nobleza indígena: la familia Villegas de Xocotitlán, siglos XVI-XVIII”, adentra al lector en un tema poco estudiado por la historiografía local, que permite conocer el origen, desarrollo y ocaso del cacicazgo de la familia Villegas, que es evidencia de cómo la nobleza indígena del pueblo de Xocotitlán pudo acceder al poder político, económico y social.
A través de experiencias se retrata la vida de la sociedad colonial mexicana, sus prácticas y la importancia para la historiografía mexiquense.
En la misma época, la Doctora Cruz Domínguez, en “Nobleza y Gobierno indígena de Xilotepec (siglos XV-XVIII)”, habla sobre la organización política y social del señorío o pueblo de Xilotepec en la época prehispánica, así como de su inserción en Mesoamérica y el surgimiento de su nobleza indígena.
Dicho organismo continúa al principio de la Colonia, cuando, para poder relacionarse con el pueblo, la administración española llegó a reconocer como cacique al tlatoani del altépetl.