*Rocío Mariel CR*
La leyenda de la Flor de Nochebuena es una historia que data de la época de la Conquista, la cual cuenta que en un pueblo de Guerrero habitaba una niña muy humilde que cada año esperaba con ansias la llegada de la Navidad.
Sin embargo, sus padres se quedaron sin dinero ese año porque su padre perdió su empleo, quedándose sin recursos para ofrendar frutas, dulces o juguetes al niño Jesús durante la misa de Nochebuena. Esta situación mantuvo a la pequeña muy triste y preocupada.
Se dice que, al llegar el día y al entrar a misa, la niña caminó hacia la iglesia junto a sus padres, pero al ver que otros niños cargaban enormes ofrendas, se llenó de vergüenza por ir con las manos vacías y salió corriendo para ocultarse entre los arbustos, donde se puso a llorar.
Luego, una voz amable se refirió a ella, se trataba de un niño que le dijo: “Ya no llores. Arranca esas plantas verdes que están ahí y llévalas al altar del niño Jesús”.
La pequeña sonrió y le hizo caso, entonces agarró un manojo de aquellas plantas silvestres, aunque aún llena de pena por pensar que su ofrenda era simple y lamentable, caminó lentamente hacia el interior de la iglesia.
Al llegar, los parroquianos lanzaron una expresión de sorpresa pues eran las flores más hermosas que habían visto sus ojos. La planta había cambiado sus hojas de color milagrosamente y ahora resplandecían un color rojo intenso y tenían forma de estrellas.
—¡Feliz Navidad, niño Jesús!— dijo la niña al depositar su maravillosa ofrenda frente al altar.
Desde ese día, la flor de nochebuena, creció en todas partes de México durante la Navidad.
Un dato curioso de la Flor de Nochebuena es que se dice que Nezahualcóyotl y Moctezuma la cultivaban en sus jardines. La llamaban cuetlaxochitl, que quiere decir “flor que se marchita” y era considerada un símbolo de pureza y su uso fue ceremonial, medicinal y ornamental.
Pero su fama mundial inició en 1828 cuando el diplomático estadounidense Joel Roberts Poinsett, siguiendo la ruta de Humboldt, viajó a Guerrero y decidió mandar semillas de la planta a Filadelfia.
En Estados Unidos se le puso el nombre de Poinsettia pulcherrima, en reconocimiento a Poinsett. La planta comenzó a cultivarse en invernaderos y luego se exportó a Europa.
A pesar de que se ha considerado a Taxco, Guerrero, como la cuna de la flor, son Morelos, Michoacán y la Ciudad de México sus principales productores en el país.
Durante el Día Nacional de la Nochebuena, celebrado el 8 de diciembre, el Pueblo Mágico de Taxco exhibe una flor monumental hecha con miles de plantas de Nochebuena.
Actualmente, existen más de 60 especies, de distintos colores y formas.