Cada año se llevan a cabo distintos festejos para conmemorar los últimos días de la vida de Jesús de Nazareth, desde su entrada a Jerusalén hasta su resurrección, según la tradición católica. Estas festividades tienen su origen en las peregrinaciones a Jerusalén lugares entre los siglos IV y V; pero fue la orden franciscana quien después de 1342 estableció la devoción fuera de Jerusalén, quizá debido a la conquista de la ciudad por los musulmanes. En el siglo XIII determinan la ruta de la Vía dolorosa o Vía Crucis, y en el XIV, instauran las 14 estaciones actuales de dicha vía, como la cruz a cuestas, las caídas, la crucifixión, entre otras. La conmemoración comienza con el Domingo de Ramos, continúa con el Jueves y Viernes Santos, el Sábado de Gloria y finaliza el Domingo de Resurrección.
En México, estos festejos surgieron debido a la evangelización realizada por las órdenes religiosas para que los rituales católicos fueran mejor asimilados por la población indígena. Sin embargo, estas órdenes fueron incapaces de detener el sincretismo de las comunidades que perduran hasta la fecha, combinándose elementos donde no solo se recuerda la Pasión de Cristo sino también el culto a la naturaleza, de acuerdo con la cultura, evento histórico o cosmogonía de donde proceda.
Por ejemplo, entre las más representativas y diferentes celebraciones se encuentran el Tewerichic de los rarámuris en Chihuahua, donde la fecha coincide con el culto a las deidades de la luna y el sol, Metzaca y Rayénari, y representa la lucha entre los aliados de Dios y los guerreros del Diablo. Los danzantes se pintan puntos blancos en el cuerpo simbolizando las heridas de Jesús y bebiendo tesgüino (embriagante).
La Procesión del Silencio en San Luis Potosí, proveniente de Sevilla, España a través de la orden carmelita, una peregrinación con solo sonidos de tambores y trompetas, encapuchados de luto y cadenas. En Taxco, Guerrero, a la Procesión se añaden otras figuras como los encruzados, con rollos de más de 40 kgs. de zarza espinosa a cuestas; los flagelados, encapuchados que golpean sus espaldas con látigos con puntas de clavos, y las ánimas, mujeres con grandes cadenas en pies y manos.
En Pajacuarán, Michoacán se realiza la danza de los Judas al ritmo de banda de viento, ataviados con trajes de terciopelo, huaraches, máscaras con cuernos y un chirrión o látigo; una representación de la lucha entre el bien y el mal. La Pesca de la Sardina Ciega en Tapijulapa, Tabasco, llevada a cabo los domingos de pascua por indígenas zoque, busca la fertilidad de la tierra y la abundancia de la pesca, primero con una misa y luego con una danza hasta el Parque Villa Luz para recoger “barbasco” (raspado de un tubérculo llamado cueza) que echan a un arroyo dentro de una cueva y adormecer a los peces y pescarlos.
De cualquier manera, la semana representa un buen momento para conocer y/o reflexionar (todo depende de los gustos) las incomparables tradiciones que existen en nuestro país.