*Redacción*
En el país se han registrado 27 variedades y se tiene el objetivo de mantener la conservación de las especies de cempasúchil mexicano y el desarrollo de nuevas variedades para la floricultura y la agroindustria, y con motivo de la celebración de Día de Muertos, los floricultores en el Estado de México arrancaron la temporada de venta de esta flor muy especial.
La floricultura es una de las actividades más redituables para las personas productoras en la entidad, y la vendimia del Día de Muertos es la segunda temporada más esperada por los floricultores después del Día de las Madres, pues genera una derrama económica de más de mil 068 millones de pesos, esto de acuerdo con datos de la Secretaría del Campo estatal.
Se informó que los municipios con más producción de esta “flor de veinte pétalos” (cempohualxóchitl), que, de acuerdo con la leyenda, es lo primero que notan los muertos al despertar y regresar el 1 y 2 de noviembre a este mundo son: Texcoco, Atlacomulco, Ozumba, Tenango del Valle, Chicoloapan, Tenancingo, Tepetlixpa, Villa Guerrero, Chimalhuacán y Malinalco.
Tras ello, la Secretaría del Campo informó que, en 2023, la producción de cempasúchil en manojo y maceta fue concentrada por pequeños y medianos productores de los 10 municipios con mayor producción, quienes cada año se encargan de cubrir el 75 por ciento de la demanda estatal.
Los productores suelen vender el manojo de flor de manera directa entre 60 y 70 pesos, y la maceta en precios que oscilan entre 15 y 18 pesos; y la demanda de cempasúchil se dispara a partir de la tercera semana de octubre, lo que puede provocar un incremento en los precios.
Más allá del uso ritual del cempasúchil, la flor tiene aplicaciones industriales en la fabricación de pigmentos naturales, pero este mercado lo tienen mayormente dominado países como China, Perú e India.
Esta fecha que coincide con el otoño, las casas, panteones, mercados y calles se llenan de flores, predominando el color intenso del cempasúchil y su olor característico, complementado con toques de nube, alhelí y terciopelo morado; su color intenso de la flor marca el camino, razón por la cual el cempasúchil se siembra a más tardar en julio para que esté a tiempo y dirija a las almas en dichos días.
Además del cempasúchil, otro cultivo importante para la floricultura mexiquense en esta temporada es el terciopelo morado, producido principalmente en Tonatico, Villa Guerrero, Malinalco y Ocuilan, con un valor de producción que en 2023 superó los 14 millones de pesos, según datos del Sistema de Información Agroalimentaria y Pesquera.
Por otro lado, los mayores productores de nube y alhelí, flores que en esta y otras épocas del año acompañan los arreglos florales son los municipios de Tenango del Valle, Tenancingo, Ozumba, Joquicingo, Tepetlixpa, Rayón y San Antonio la Isla, con una producción anual que genera aproximadamente 17 millones de pesos.