*Alejandra C.L.*
El Día de Muertos se acerca, un día en el que los mexicanos recuerdan y reciben a sus seres queridos que ya partieron con una ofrenda en la que ponen su fotografía, así como los alimentos y bebidas que le gustaban. Si bien la tradición indica que debe ser el 2 de noviembre cuando se ponga el altar, lo cierto es que muchas personas lo ponen desde antes, recordando por día a cada ser querido de acuerdo cómo murieron o la importancia en el círculo familiar.
Aquí te explicamos qué días corresponde a cada ofrenda, lo qué debe llevar y porqué se celebra este día en México con mucho colorido y folclor. Cabe recordar que además de colocar la ofrenda de muertos, los mexicanos suelen adornar las tumbas y hacer altares sobre las lápidas para conducir a las ánimas con el fin de que transiten por un buen camino tras la muerte y para que lleguen a casa.
De acuerdo con la Iglesia Católica, el 1 de noviembre se festeja la memoria de Todos los Santos, recordando a todos aquellos que tuvieron una muerte de acuerdo con los cánones de la Iglesia, pero que no están registrados en el santoral, mientras que el 2 de noviembre establece el día de los Fieles Difuntos, para recordar a todos aquellos que se han adelantado hacia el más allá.
Si bien no indica una fecha específica para empezar a poner la ofrenda de muertos, muchos acostumbran colocar el altar desde el 25 de octubre, porque desde hace algunos años, derivado de la compañía tan importante que se han vuelto, se cree que los primeros en llegar son las mascotas que ya fallecieron, como encargadas de abrir paso a los demás muertos.
Las almas de los animales, como perros y gatos principalmente, aunque también se recuerda a loros, peces, cuyos y otras mascotas que se involucran en acompañar a los mexicanos, llegan el 27 de octubre.
Posteriormente, la tradición indica que los difuntos humanos llegan dependiendo de la forma en la que hayan muerto. Los primeros en llegar son quienes murieron de manera trágica por violencia o un accidente, en el 28 de octubre. Les siguen los ahogados y los niños que no alcanzaron a nacer, el 29 de octubre.
Los días 30 y 31 de octubre están dedicados a los niños. El 30 para los que no fueron bautizados y el 31 para todos aquellos que murieron prematuramente, pero sí fueron bautizados, además, comparten ese día junto con las ánimas solas, olvidadas o que no tienen familiares. El 1 de noviembre se recibe a todos aquellos que se sabe tuvieron una vida ejemplar, y el 2 de noviembre es el Día de Muertos en general.
*¿Por qué se celebra el Día de Muertos?*
Se tiene la creencia que en la época prehispánica, los indígenas se reunían en ciertas fechas para recordar a los muertos, donde convivían con familiares y ponían altares en su honor con los alimentos y bebidas que les gustaban, los cuales se comían después. Cuando los españoles llegaron a México, se fusionaron las creencias católicas que ellos traían, de recordar a los muertos pero rezando para que alcanzaran a cruzar lo que denomina el catolicismo como el purgatorio, para que llegaran al cielo.
Por tal motvio, las ofrendas también tienen elementos católicos, como la cruz o una imagen religiosa. De esta manera, se ha reforzado el altar de muertos, cuyos elementos siguientes no pueden faltar:
- Imagen del difunto: Se coloca de espaldas y frente a ella se pone un espejo para que el difunto no vea su reflejo, ya que se tiene la creencia de que puede quedarse atrapado en este plano.
- La cruz: Va en la parte superior del altar, a un lado de la imagen del difunto, y puede ser de pétalos de cempasúchil, sal o de ceniza.
- Imagen de las ánimas del purgatorio: Se coloca para que, en caso de que el espíritu del muerto se encuentre en el purgatorio, se facilite su salida.
- Copal e incienso: El copal es un elemento prehispánico que limpia y purifica las energías de un lugar y las de quien lo utiliza, además, se cree que santifica el ambiente.
- Arco de flores: Se coloca en la cúspide del altar y simboliza la entrada al mundo de los muertos, normalmente se adorna con limonarias y flor de cempasúchil.
- Papel picado: Es considerado como una representación de la alegría festiva del Día de Muertos y del viento.
- Velas, veladoras y cirios: Se consideran como una luz que guía en este mundo. Son, por tradición, de color morado y blanco, ya que significan duelo y pureza, respectivamente.
- Agua: Se dice que refleja la pureza del alma y el ciclo continuo de la regeneración de la vida y de las siembras; además, un vaso de agua sirve para que el espíritu mitigue su sed después del viaje desde el mundo de los muertos.
- Flores: Son el ornato usual en los altares y en el sepulcro. La flor de cempasúchil es la flor que, por su aroma, sirve de guía a los espíritus en este mundo.
- Calaveras: Pueden ser de azúcar, barro o yeso, con adornos de colores; se les considera una alusión a la muerte y recuerdan que ésta siempre se encuentra presente.
- Comida: El alimento tradicional o el que era del agrado de los fallecidos se pone para que el alma visitada lo disfrute. En caso de las mascotas, se recomienda que sea algún premio que le gustaba y para los niños pueden colocarse dulces, además de que se pueden agregar juguetes para ambos, sobre todo aquellos que más usaban.
- Pan: El pan es una representación de la eucaristía, fue agregado por los evangelizadores españoles.
- Bebidas alcohólicas: Para quienes eran afines al alcohol, se les coloca “caballitos” de tequila, pulque o mezcal.