*Fernanda Rodríguez*

Alejandra González, originaria de San Cristóbal Huichochitlán en Toluca, tiene más de 60 años tejiendo palmas para la celebración del Domingo de Ramos.
Esta mujer de origen otomí comenzó con esta actividad desde que tenía 8 años, la cual le fue enseñada por sus abuelos y padres para poder comercializarlas en diversos municipios del Valle de Toluca o en otras entidades.
Las manos de esta mujer tejen la forma de Jesucristo, una rosa y otras figuras, para que cada feligrés la lleve a bendecir el Domingo de Ramos, como parte de la Cuaresma y para conmemorar la entrada de Jesucristo a Jerusalén.
Alejandra González recuerda que entre las pláticas con sus abuelos y padres expresaban que los ramos formaron parte de una alfombra de hojas el camino de quien consideraban el Hijo de Dios y dejaban a su lado pequeñas ramas de olivo al son de cantos “Bendito es el que viene en el nombre del Señor”.
Para esta mujer otomí, el tejido se hace en forma de tapete y de figuras que representan a Jesucristo, por lo que las palmas deben moldearse mientras aún estén verdes y flexibles.
En el pueblo originario de San Cristóbal Huichochitlán, al norte de Toluca, se caracterizan por esta actividad artesanal desde hace más de un siglo que permite obtener ingresos económicos anualmente por la Semana Santa.