*Eréndira Zavala C*

En Oaxaca, en la comunidad de San Miguel del Puerto, cerca de Huatulco, se encuentra un lugar poco conocido pero repleto de una belleza singular, las llamadas cascadas mágicas de Copalitilla, que también poseen un especial vínculo con las costumbres y la vida cotidiana de las comunidades que lo rodean. Se les llama Cascadas Mágicas debido a su paisaje, mezcla de diferentes tonos de colores y sus formaciones rocosas; al canto de las aves, a su aroma y a la conexión sensorial y emocional, que le dan un aire misterioso y sagrado.
Su nombre, Copalitilla, hace referencia al copal, resina sagrada utilizada en rituales prehispánicos y presente en celebraciones religiosas y tradicionales. Este lugar se compone de más de treinta cascadas, que van desde caídas de agua suaves hasta grandes saltos de más de veinte metros de altura. El río Copalita, que nace en la Sierra Madre del Sur, es el que alimenta estas caídas y pozas de tonalidades verde esmeralda y azul turquesa.
En Copalitilla, naturaleza y entorno conviven en armonía, en medio de una selva tropical con cafetales, helechos, orquídeas, bromelias y árboles como ceiba y caoba. Afortunadamente, las cascadas no han sido invadidas por el turismo masivo, lo que permite que los visitantes puedan disfrutarlas; pues sus mismos habitantes se han encargado de resguardarlas, organizando pequeños recorridos guiados adornados con historias.
El río Copalita es, para la comunidad, su fuente de vida, pues de él se abastecen para el riego, la pesca y actividades artesanales. Además, tienen la creencia de que bañarse en sus aguas purifica y renueva, según la cosmovisión indígena, pues son tan claras que las describen como curativas y energizantes.
En los últimos años, las cascadas mágicas de Copalitilla han comenzado a aparecer en la ruta ecoturística de Oaxaca, como una muestra de la importancia de conservar el entorno y las tradiciones culinarias locales como el quesillo, el mole y el café de la sierra.
Pero más allá de su valor natural, las cascadas son un recordatorio de la relación entre el ser humano y su medio ambiente; cada una cuenta una historia donde la tierra, el agua y las costumbres se unen al mismo tiempo. Su paisaje incomparable, la sensación de visitar un lugar antiquísimo y la invitación de descubrir su encanto, despiertan la memoria de los tesoros que nuestro país ofrece.