*Gaby L.C.*

Soy Frankelda, la película de largometraje que marca un hito para la animación mexicana, emerge como la primera en ser realizada totalmente en técnica de stop-motion en México. No necesitó de coproducciones extranjeras para lograr que su producción fuera un éxito en manos de talento nacional, se encuentra escrita, producida y dirigida por los hermanos Arturo y Roy Ambriz a través del estudio independiente Cinema Fantasma.
El filme busca alejarse del estilo “hollywoodense” para compartir una película 100 por ciento mexicana en la que los mexicanos se vean identificados; la historia está ambientada en el México del siglo XIX. Francisca es una joven que desea convertirse en una gran escritora, pero por el hecho de ser mujer en esta época su talento se ve sistemáticamente ignorado.
Combina elementos de fantasía gótica, terror clásico y folclore mexicano, en donde la historia te va envolviendo en escenarios inspirados en casas coloniales, cementerios antiguos y bibliotecas barrocas… pero si quieres saber en que termina, tienes que ir a verla al cine y apoyar el talento local ¡no te arrepentirás! Será un recorrido de más de 850 metros cuadrados, donde podrás descubrir que hay detrás de la primera película mexicana en técnica stop-motion.



La película es un trabajo que podría catalogarse como meramente artesanal. En cada escenario, cada personaje, cada gesto y cada minúsculo detalle fueron trabajados desde cero, y cuidando todo aspecto con un gran equipo de mexicanos detrás. Con ello, abre las puertas a futuras producciones en esta forma de hacer cine, de demostrar el talento que tienen los mexicanos más allá del cine tradicional y la televisión.
Para su realización se crearon más de 60 sets totalmente físicos con un aproximado de 120 marionetas del tamaño real de cada personaje, información a la que el medio de noticias La Jornada tuvo acceso. Antes de llegar a las salas mexicanas, Soy Frankelda ya había despertado gran interés en la comunidad internacional de animación.
