Rufino Tamayo fue uno de los artistas mexicanos más reconocidos a nivel mundial, mezcló tradición y vanguardia, y se distinguió por los colores, perspectiva y armonía en sus obras, por ello la Secretaría de Cultura y Turismo, a través del Museo de Bellas Artes, alberga la exposición “Los mundos de Tamayo. La estela creativa”.
Rufino Tamayo falleció el 24 de junio de 1991, dejando un legado de más de mil 300 óleos, entre los que se encuentran los 20 retratos de su esposa Olga. Realizó 465 obras gráficas, como litografías y mixografías, 350 dibujos, 20 murales, así como un vitral.
Sus murales se encuentran en el Palacio de Bellas Artes, el Museo Nacional de Antropología e Historia y el Conservatorio Nacional de Música, en Ciudad de México.
Esta exposición refleja siete décadas dedicadas a su arduo trabajo como artista, maestro, forjador y compañero, de una generación de vanguardia, dividida en cuatro núcleos temáticos.
En el primero se muestra una visión desde su labor como profesor de dibujo en el Departamento de Bellas Artes y en las noches como profesor de dibujo en la Escuela Nacional de Bellas Artes.
El núcleo dos, “Disidencias, ruptura y galerías”, refiere que, tras varios acontecimientos en el arte mexicano, Tamayo después de una estancia en Estados Unidos, vuelve para residir en la capital a principio de 1950.
Fue entonces que, un gran momento en el circuito de exhibición de la producción mexicana, se generó, a partir de espacios alternativos que abrieron sus puertas a artistas.
En el siguiente, las y los visitantes podrán ver el clímax de la exposición, siendo ya un pintor reconocido mundialmente, a partir de la década de 1960, Tamayo regala una vasta y heterogénea producción plástica, participando en innumerables exposiciones como la II Bienal Interamericana de México.
Además, produce obra mural como Dualidad para el Museo Nacional de Antropología y su obra, a pesar de tener todavía el toque de arte prehispánico, se moderniza.
El último núcleo que la integra es “Continuidad y discontinuidad”, que muestra cómo el arte moderno y contemporáneo mexicano no pueden entenderse sin Rufino y surge una plástica paralela creada por los coterráneos de Tamayo, a quienes Andrés Henestrosa bautizó como Escuela de Oaxaca, y Juan Coronel como Manierismo oaxaqueño, convirtiendo a Oaxaca en un sinónimo de arte.
Las y los interesados en conocer esta imperdible exposición pueden visitar las instalaciones del Museo de Bellas Artes, ubicado en Santos Degollado #102, col. Centro, Toluca, Estado de México, de martes a sábado, de 10:00 a 18:00 horas, y domingo, de 10:00 a 15:00 horas. La entrada es gratuita.