El maíz, planta milenaria, fundamento de la alimentación de las sociedades del México prehispánico, con su domesticación hace cinco mil años en el Valle de Tehuacán, Puebla, dio pie a un complejo sistema agrícola, social, económico y religioso.
Con el surgimiento de la agricultura, los pueblos mesoamericanos experimentaron un nuevo modelo de vida. El nomadismo quedó atrás, surgiendo sociedades estratificadas, sedentarias y con modelos urbanísticos y arquitectónicos monumentales, cuyos procesos agrícolas, a mayor escala, permitieron la formación de ciudades-estados.
Esta semilla, presente en la alimentación de las y los mexicanos, aportando importantes valores nutricionales, y elemento de identidad y orgullo, es motivo de la exposición virtual Los hijos del maíz. Origen, domesticación y culto al maíz en el México Prehispánico, que puede apreciarse a partir de este martes en las páginas de Facebook del Museo de Sitio y Zona Arqueológica Teteles de Santo Nombre y del Museo de Sitio Zona Arqueológica Teteles.
Organizada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), a través de su representación estatal en Puebla, y el recinto sede, ubicado en Tlacotepec de Benito Juárez, en la región sur de esa entidad, la exhibición está conformada por 15 cédulas y sus respectivas imágenes, que muestran el proceso de origen, domesticación y cultivo, así como las deidades asociadas a esta semilla entre las sociedades pretéritas en lo que hoy es México.
De acuerdo con el director de la Zona Arqueológica Teteles de Santo Nombre, Gerardo Navarro Valencia, este montaje se presenta como parte del programa “Contigo en la distancia” de la Secretaría de Cultura. El arqueólogo destacó que, en la cosmovisión mesoamericana de los pueblos prehispánicos de México, esta planta era un elemento identitario, fundacional y del cual surge la última raza, en la era de los hombres, que sería precisamente la actual.
“Partiendo de estos elementos, planteamos una exposición donde presentáramos cómo surge el maíz, su proceso de domesticación, así como su aspecto simbólico y religioso, que se va a desarrollar a partir de su trato y cultivo”, mencionó.
Zea mays es el nombre científico de esta gramínea, cuyo ancestro directo fue el teocintle o teocinte (Zea perennis), actualmente se identifican 41 razas de maíz en todo México; se trata de una planta que puede ser empleada en al menos 10 usos distintos.
Navarro Valencia relató que en los años sesenta, en esa región se desarrolló el proyecto arqueobotánico del arqueólogo estadounidense Richard MacNeish, cuyo objetivo era identificar patrones del proceso de domesticación de la semilla y, por ende, el surgimiento de la agricultura.
“A partir de estos elementos y de que la zona arqueológica se encuentra cerca de Tehuacán, lugar de exploración de MacNeish, se buscó abordar el tema del maíz. Es entonces que, con su cultivo, se desarrolla este complejo sistema agricultor llamado milpa, donde también siembran la calabaza, el frijol, entre otros; más tarde, se dará paso a las distintas razas del grano, a partir de la experimentación con la planta”, indicó.
Subrayó que en otras latitudes existieron elementos alimenticios que dieron identidad a diversas sociedades. Como lo fue el arroz para Asia o el trigo para Europa, el maíz lo fue para los pueblos mesoamericanos, razón por la cual, la exposición se titula Los hijos del maíz… El ser mexicano no podría entenderse sin esta semilla, pues hablar de ella es referirse a sus orígenes, a su pasado, presente y futuro”, afirmó.
El arqueólogo explicó que la muestra digital está dividida en tres aspectos: “El origen”, “La religión” y “La actualidad”. Siendo la primera donde, a partir de imágenes de códices, así como un texto explicativo, se describe cómo evolucionó el teocintle a la mazorca que hoy se conoce.
Se incluyen reseñas etnográficas sobre la domesticación de esa planta, realizada por los pueblos mesoamericanos. Los datos arqueológicos o los restos botánicos de mazorcas de maíz de siglos pasados, sobre todo del XV y XVI, son muy diferentes a los actuales.
El siguiente apartado museográfico es “La religión”, detalla que con el surgimiento de la agricultura, y en particular, con la transformación del maíz, también se generó un discurso religioso para explicar cuáles eran las deidades asociadas a la fertilidad y a esta semilla.
Por medio de cédulas y maquetas de divinidades, se observan algunas de las más importantes asociadas a la gramínea, como Chicomecóatl. La exhibición cuenta con reproducciones de piezas arqueológicas que se exhiben en las distintas salas del Museo Nacional de Antropología (MNA).
Finalmente, en la sección dedicada a “La actualidad”, se aprecian fotografías de las excavaciones hechas por Richard MacNeish en la “Cueva del maíz”, en el Valle de Tehuacán, así como de otros aspectos relacionados con las milpas, como herramientas actuales, utilizadas por campesinos locales para su cultivo.
La exhibición permanecerá hasta el 9 de abril del año en curso.