*Eréndira Zavala C.*
Visitar Mérida, a solo 1,371 kilómetros de Toluca, es un viaje imperdible para quienes deseen conocer no solamente una ciudad limpia y tranquila, sino también ir a la playa, recorrer zonas arqueológicas, sumergirse en cenotes, caminar en pequeñas ciudades encantadoras y descubrir reservas ecológicas.
Esta última vez que la visité, después de casi 25 años, me maravilló encontrarme con sus calles serenas, seguras, sin basura, su gente amable y cortés, sus construcciones elegantes, añejas, llenas de historia, y su lluvia cálida.
Fue un reencuentro perfecto, admirar nuevamente todo lo que esta ciudad y sus alrededores ofrecen a quienes se atreven a aventurarse hasta ella. Fundada en 1547 sobre los vestigios de la ciudad maya T’Hó, por Francisco de Montejo El Mozo y bautizada por él mismo como la Mérida de su natal España, la ciudad de Mérida se encuentra llena de tradición y magia resultado de la mezcla de las culturas maya, española y africana, y después influenciada por las francesa y libanesa durante la Colonia; lo que puede verse en los edificios y casonas que a la fecha se erigen orgullosos a la vista.
Por ejemplo, el Paseo de Montejo, una avenida inspirada en los bulevares franceses y en cuyos lados se construyeron grandes mansiones de los henequeneros acaudalados como las casas gemelas Cámara, el Palacio Cantón, la casa del Minarete o la casa Vales. O su centro histórico con sus parques e iglesias, la Catedral de San Ildefonso, construida en 1562, la primera catedral y más antigua de América.
A lo anterior, deben sumarse la increíble comida yucateca con sus marquesitas, papadzules, cochinita pibil, salbutes y panuchos; y sus artesanías representadas por las hamacas, guayaberas, joyas de filigrana en oro y plata y huipiles. Además, te encuentras tan cerca de playas como Progreso, Chuburna, Chicxulub o Sisal como de los cenotes de Ik Kil, El Corchito, Homún o decenas más; y estando en la cuna de la civilización maya pueden visitarse los sitios arqueológicos de Chichen Itzá, Uxmal, Dzibilchaltún, Izamal, Kabáh, entre otros.
Poco a poco les iré compartiendo acerca de esta tierra tan cálida y repleta de sorpresas que deja a uno con un buen sabor de boca y con ganas de regresar a descubrir más de la magia que la envuelve.