*Eréndira Zavala C*
Para las nuevas generaciones, las muñecas de cartón son poco conocidas como parte de la tradición artesanal de México. Sin embargo, aún guardan un lugar especial en el corazón de quienes jugamos con ellas y cuando las reconocemos en la calle, nace un bonito sentimiento de nostalgia.
Las muñecas de cartón, también conocidas en algunos lugares como alfeñiques, tienen sus raíces en el siglo XIX en el país. La técnica para hacerlas comenzó con el uso de moldes de cartón cubiertos con una pasta hecha de papel maché o una mezcla parecida que permitió a los artesanos crear figuras simples en su estructura, pero muy detalladas y llenas de color.
El proceso de fabricación de las muñecas consideraba crear un molde de cartón que se recubría con una pasta de papel. Una vez seco, el molde se desmoldaba, y surgía una figura rígida que luego se pintaba a mano, con características específicas que buscaban reflejar el estilo tradicional mexicano, desde los trajes coloridos hasta los detalles pintados en sus rostros. Generalmente, son asociadas -aunque no directamente-, con el Día de Muertos, debido a que en esa fecha se elaboran calaveras y figuras hechas de cartón que se colocan en altares y ofrendas.
Además, las muñecas de cartón también fueron juguetes populares entre los niños hace algunas décadas. En épocas anteriores, eran una opción más accesible en comparación con muñecas hechas de materiales más costosos como porcelana o trapo, su fabricación local y su bajo costo hacían que fueran económicas y atractivas para las familias.
Con la llegada de la industrialización, la disponibilidad de juguetes fabricados con otros materiales modernos y la evolución en los gustos y preferencias más sofisticadas, el uso de las muñecas de cartón fue cada vez menor.
No obstante, en los últimos años, ha habido un renacimiento del interés en las muñecas de cartón como un elemento importante del patrimonio cultural mexicano. Los artesanos y artistas han comenzado a revivir las técnicas tradicionales, con nuevas versiones que conservan la esencia de estas muñecas mientras incorporan elementos contemporáneos.
Estas muñecas de cartón han formado y siguen formando parte de la tradición artesanal de México, ya que a través de la creatividad han dejado su huella reafirmándose como tesoros que merecen ser preservados y celebrados, no solo en los recuerdos de quienes convivimos con ellas sino también en el mundo entero.