En septiembre, México se llena de verde, blanco y rojo para celebrar el mes patrio, una época en la que el orgullo por nuestras raíces y tradiciones se percibe en cada rincón del país. Estas fechas nos invitan a reflexionar sobre lo que significa ser mexicano y el legado cultural que, generación tras generación, seguimos construyendo.
María Hanneman, una joven mexicana que ha llevado el nombre de nuestro país a escenarios internacionales, siendo el claro ejemplo de cómo el talento artístico de México sigue conquistando corazones más allá de nuestras fronteras. Su carrera en la música clásica la ha llevado a presentarse en algunos de los escenarios más prestigiosos del mundo, como el Palacio de Bellas Artes en la Ciudad de México, Fundación Casa de México, en Madrid, Festival de Reus en Cataluña, y Auditorio Alfredo Kraus en las Palmas de Gran Canaria; Y Carnegie Hall en Nueva York y el Royal Albert Hall en Londres, en ceremonias de premiaciones.
Estas presentaciones no solo destacan su excepcional habilidad, sino que también demuestran que las tradiciones artísticas mexicanas tienen un lugar privilegiado en la escena global. A lo largo de su carrera, María ha participado en más de 40 conciertos y ha colaborado con importantes orquestas en dos continentes. Su impecable técnica, combinada con una profunda sensibilidad artística, ha cautivado a audiencias de todo el mundo.
A pesar de sus numerosos logros, María sigue enfocada en perfeccionar su arte y compartir su música con un público cada vez más amplio. Su participación en festivales nacionales e internacionales, como el Festival Cervantino, y su colaboración con figuras como el tenor Javier Camarena en la gira “Tiempo de Cantar 2021” son un reflejo de su dedicación y pasión por la música.
Recientemente, ha participado con dos renombradas directoras de orquesta, una mexicana, Alondra de la Parra, y la otra española, Isabel Costes, en dos escenarios muy diferentes, Xcaret México y la isla de la Gran Canaria española. Estas experiencias son solo una muestra del legado artístico que María, orgullosamente, continúa proyectando hacia el mundo. Además de su talento musical, María también destaca por su compromiso social.
Como embajadora de la Fundación Sempiterno, que apoya a comunidades en Oaxaca, refleja su profundo vínculo con México y su deseo de contribuir al bienestar de su gente. Desde hace dos años, María reside en Madrid, donde continúa su formación en el CIM Padre Antonio Soler: Centro Integrado de Música, lo que le ha permitido expandir su visión artística y seguir cultivando su talento en un entorno internacional.
El mes pasado, regresó a México para presentarse en el estado de Puebla; Xalapa, Veracruz; en la Biblioteca Vasconcelos, la Capilla Lerdo de Tejada, el Anfiteatro Simón Bolívar y en el Palacio de Bellas Artes, reafirmando su vínculo con el público mexicano y demostrando, una vez más, que nuestras tradiciones artísticas siguen resonando a través de las nuevas generaciones.
En este mes patrio, cuando celebramos nuestra independencia y nuestros símbolos culturales, María Hanneman nos invita a reflexionar sobre el poder del arte para conectar naciones y generaciones. Con cada interpretación, lleva consigo un pedazo de México, demostrando que nuestras tradiciones no solo pertenecen al pasado, sino que siguen evolucionando y proyectándose hacia el futuro a través de jóvenes talentos como ella.