*Alejandra C.L.*
En Día de Muertos, uno de los disfraces y figuras más populares son las denominadas catrinas y catrines, una dama elegante con sombrero de flores o un hombre con traje y bombín, que están hasta los huesos, imágenes que se han vuelto un ícono en la cultura mexicana para decir que no se le tiene miedo a la muerte o que todos en algún momento vamos a terminar así.
No obstante, no siempre fue una figura de folclor, pues en sus orígenes se trataba más de una sátira a la sociedad del siglo XIX, específicamente a los ricos que se desligaban de sus tradiciones y pretendían verse muy europeos, sobre todo en la época de Porfirio Díaz, denominada Porfiriato.
Cuando este presidente se mantuvo en el poder por muchos años, trajo a México un gusto por lo europeo, especialmente el estilo francés, entonces si alguien quería destacar en la sociedad se vestía con los vestidos hampones o trajes que traía la última moda francesa, motivo por el cual el caricaturista mexicano José Guadalupe Posada decidió criticar esta situación.
Su enfoque para crear a la catrina era criticar sobre todo a los vendedores de garbanzo, quienes de volverse ricos por sus ventas, negaban sus raíces indígenas y adoptaban un estilo de vida europeo. Su personaje fue denominado “La Calavera Garbancera” y se trataba de grabados donde podía verse a esta calavera sonriente, ataviada con un sombrero de ala ancha, adornado con flores y plumas.
Esta calavera no fue la única que hizo José Guadalupe Posadas para criticar a la sociedad de su tiempo, pero sin duda fue la que más trascendió, debido sobre todo a Diego Rivera, quien tomó la figura con la que Posadas escribió “La muerte es democrática, ya que, a fin de cuentas, güera, morena, rica o pobre, toda la gente acaba siendo calavera”.
Pasaron varias décadas cuando Diego Rivera rebautizó a la Calavera Garbancera como La Catrina, colocándola como figura central de su mural “Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central”; donde ya se le puede ver con el característico vestido entallado y su sombrero de ala ancha y plumas por los que ha sido inmortalizada a través de varias imágenes a lo largo de los años.
Rivera denominó a la Calavera Garbancera de Posada como Catrina debido a su manera elegante de vestir, tomando en cuenta que hasta mediados del siglo XX, la palabra “catrín” se usaba para describir a un hombre vestido de manera elegante y su femenino “catrina” por igual.
Poco a poco, en el siglo XX, la Catrina fue tomando el papel de representar a la muerte, como una dama vestida de elegancia que se funde con los mortales para divertirse o incluso para recordarles que no están exentos de ella. Ha tomado fuerza para el Día de Muertos para recordar el festejo de estos días, junto con las “calaveritas literarias”, textos cortos que tuvieron también su origen en el siglo XIX que retratan la realidad de una situación, persona o país con un estilo irreverente.
Para el siglo XXI ha tomado fuerza en el extranjero gracias a películas hechas por mexicanos en Hollywood, como “El libro de la Vida”, donde la Catrina es una deidad que ayuda al protagonista Manolo, o “Coco”, donde los personajes tienen atuendos de este icónico personaje que se ha vuelto imprescindible en la cultura mexicana.