*Eréndira Zavala C.*
Viajar significa mucho más que ir de un lugar a otro, es una experiencia que enriquece y amplía horizontes. Desde que tengo memoria, cada viaje realizado me ha dejado una huella imborrable: conocer nuevos lugares y culturas, descubrir paisajes impresionantes, aprender lecciones valiosas o relacionarme con distintas personas, forman parte de este rompecabezas que he construido a través de mis recorridos.
Cada punto visitado -poblado, ciudad, región, país- tiene su propia identidad, tradición, festividad y forma de vida. Al visitar otros entornos tengo la oportunidad de entender no solamente su historia y costumbres, sino también de experimentar su forma de vida en primera persona. Esto me ha ayudado a ampliar mi perspectiva del mundo, a comprender que, a pesar de las diferencias, todos compartimos la misma humanidad y a apreciar la diversidad y belleza que cada sitio ofrece.
Las oportunidades de viajes que he tenido me han enseñado más allá de lo que he leído en los libros, me han acercado al arte y la cultura de diferentes civilizaciones antiguas a través de sus museos y edificios y me he maravillado con las innovaciones de la vida moderna con su ruido y encanto. Además, he contemplado la majestuosidad de una montaña y he visto la grandeza del mar, esto me ha dado una comprensión del lugar que tengo ante la naturaleza, un momento para reflexionar y conocerme, incluso para tomar decisiones, pensar en mis metas o valorar mis sueños y deseos.
La magia de viajar se encuentra en los pasos dados, en el regalo de descubrir lo que una tradición, costumbre o fiesta tiene para mostrar, en explorar algún pueblito, una gran ciudad o el barrio en el que vivo, llenarse los ojos con sus imágenes y dejarse asombrar por las situaciones que se viven y respiran. Su magia también envuelve las experiencias por sí mismas, creando, guardando y recreando las memorias que cada viaje regala, cada aventura, risa, llanto o enojo son parte de la historia personal y suma a la colección de recuerdos.
La pasión por viajar enriquece de muchas formas al conocer la diversidad cultural y tradicional, el aprendizaje constante, la reflexión personal, la belleza de la naturaleza, la alegría de la experiencia solo por la experiencia. Un viaje es una oportunidad única de crecer y reflexionar, y eso para mí, es más que suficiente para hacerlo.