Tepeyac, el largometraje más antiguo del cine mudo nacional

*Gaby L.C*

Foto: Especial.

La Virgen de Guadalupe es un icono religioso de México por el cual, año con año, el 12 de diciembre es visitada la Basílica de Guadalupe en la Villa ubicada en la Ciudad de México, que se habrá construido en su honor; la imagen de la “Morenita del Tepeyac” lleva tanto tiempo siendo alabada por sus fieles seguidores que su influencia también se ha podido ver reflejada en el séptimo arte.

El culto guadalupano es una de las creencias históricamente más arraigadas en el actual México y parte de su identidad. Ha estado presente en el desarrollo como país desde el siglo XVI. Esto, desencadenó un sinfín de relatos orales, mismos que han sido retratados a lo largo de la historia del cine mexicano.

Los filmes en su mayoría, partieron de las apariciones de la Virgen en México, así como su intervención en situaciones cotidianas, encontraron una clasificación en lo que hoy es nombrado “Cine Guadalupano”; el misterio o leyenda que envuelve este hecho fue el elemento principal para que los productores la llevarán a la pantalla grande.

Siendo el Tepeyac, el largometraje más antiguo del cine mudo nacional realizado en 1917 realizada por el escritor José Manuel Ramos y el pintor Carlos E. González, quienes emprendieron una aventura para poder realizar este filme, con escasos recursos, conocimientos cinematografía y con un equipo modesto.

El papel principal fue interpretado por Pilar Cota, que nos cuenta la historia de una mujer que al recibir la noticia de que el barco en el que viaja su prometido ha sido hundido, busca consuelo espiritual en un libro que narra las apariciones guadalupanas; un dato curioso, es que en ese mismo año se discutía y promulgaba la nueva Constitución Mexicana.

Tepeyac es uno de los pocos largometrajes silentes de la nación que aún se conservan completos. Está basado en el texto La fiesta de Guadalupe, del escritor Ignacio Manuel Altamirano, y en la historia sobre las apariciones marianas con base en la versión del presbítero Luis Becerra Tanco. Ahora el largometraje está resguardado por la Filmoteca UNAM.

Se decide que contienen un valor histórico, pues en una de las escenas se representa una procesión que va rumbo al Cerro del Tepeyac y se observa el estandarte original que usó el cura Miguel Hidalgo en 1810; por otro lado, es una obra que estéticamente da cuenta de un periodo cinematográfico en que apenas se estaban generando las primeras productoras.

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