La sátira política y social en la Quema de Judas del Sábado de Gloria

*Redacción*

Foto: Museo de Arte Contemporáneo

El Sábado de Gloria está marcado por diversas tradiciones remarcadas por combinaciones de elementos religiosos, sociales y políticos, como la Quema de Judas, una de las tradiciones más emblemáticas en el marco de la Semana Santa, especialmente en España y en América Latina, donde México es partícipe de esta tradición con gran colorido.

De acuerdo con los recuentos históricos, esta tradición comenzó en la Península Ibérica como una manera de representar el momento en que Judas Iscariote, el discípulo que entregó a Cristo por 30 monedas de oro, terminó ahorcándose como remordimiento.

Como forma simbólica religiosa, la Quema de Judas representa el rechazo a la traición y corrupción personificadas en Judas Iscariote y con el paso del tiempo ha evolucionado para incluir elementos de crítica social, pues los Judas se han popularizado como diablos o suelen representar a personajes públicos controvertidos, por lo general relacionados con la política, como una manera de rechazo a lo que dicen o representan.

Esta transformación ha causado que el momento no solo se viva como un acto de purificación espiritual, sino también como una catarsis colectiva y protesta simbólica contra el régimen que gobierna a cada país o la situación por la que se vive, ya que en algunas regiones también se queman figuras abstractas relacionadas con la corrupción o la violencia.

Si bien cada región tiene su forma de realizar esta práctica, el método se sigue de manera similar. Primero se confecciona un muñeco, que puede ser de tamaño real o más grande, el cual se realizará de material inflamable como cartón, papel o trapos, al cual se le añade cartuchos de pólvora o cohetes para que se pueda quemar y haya un espectáculo digno de verse.

Posteriormente, se le da una caracterización específica a la figura, donde por lo general se le representa como un diablo sacando la lengua, aunque puede tener personalizaciones de figuras públicas o para simbolizar problemas sociales. En algunos lugares, los Judas son exhibidos públicamente o incluso paseados por las calles antes de ser quemados, acompañados de música.

En algunos lugares se hace una especie de “juicio” y se lee de forma satírica los crímenes del Judas representado, especialmente si se trata de figuras que representan a personajes públicos justificando las razones para su quema. Finalmente, se quema al muñeco en un acto de música, algarabía por parte del público y la danza de fuegos pirotécnicos.

México tiene un fuerte arraigo en esta tradición, pues la celebración es bastante popular en diferentes regiones, siendo las más representativas las realizadas en Ciudad de México, Oaxaca y San Luis Potosí, donde los muñecos suelen representar a políticos o situaciones que se viven en el país en esos momentos como una crítica social.

A.C.

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