Día de la Santa Cruz, fiesta de fe y trabajo

*Eréndira Zavala C.*

Foto: Gobierno de México

El 3 de mayo en México se lleva a cabo una de las tradiciones más representativas del mes, el Día de la Santa Cruz, una fiesta que enlaza elementos religiosos, culturales y laborales, especialmente entre los trabajadores de la construcción.

La celebración de la Santa Cruz tiene su origen en la tradición católica que conmemora el hallazgo de la cruz en la que fue crucificado Jesucristo. De acuerdo con esta historia, fue Santa Elena, la madre del emperador romano Constantino, quien la encontró mientras realizaba una peregrinación a Tierra Santa en el siglo IV d.C., y con los conquistadores españoles, esta adoración llegó a nuestro país fusionándose con las cosmovisiones indígenas.

Con el paso de los años, el Día de la Santa Cruz se transformó en una fiesta dedicada totalmente al mundo de los trabajadores de la construcción, quienes adoptaron la cruz como símbolo de protección en su labor diaria. Hoy día, la tradición señala que debe colocarse una cruz decorada con flores y papeles de colores en lo más alto de las construcciones, como una señal de fe y agradecimiento del trabajo realizado y casi siempre se celebran misas y bendiciones acompañadas de música y comidas organizadas por los propios trabajadores o sus patrones.

Esta celebración, sin embargo, no está limitada solamente a la construcción, pues en algunos pueblos y comunidades se colocan cruces en los campos, cerros y caminos como ofrenda para pedir lluvias y buenas cosechas, mostrando el sincretismo que aún existe entre las creencias indígenas y la tradición católica. Por ello, la cruz representa tanto a la fe cristiana como a la conexión con la naturaleza y los ciclos agrícolas.

Pero más allá de los simbolismos anteriores, el festejo del Día de la Santa Cruz también ha sido tomado como un reconocimiento a quienes construyen el país desde los cimientos, a todos aquellos que de una u otra forma, contribuyen con el trabajo de sus manos al desarrollo de una sociedad justa y armónica. Mientras el 3 de mayo continúa manteniéndose como una parte importante de la cultura popular mexicana, una fecha que no requiere de grandes discursos ni formalidades pero que rinde homenaje a la fe sencilla, al esfuerzo cotidiano y a la riqueza de nuestras tradiciones.

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