INAH presenta códices prehispánicos en Francia

Foto: Especial

En los códices mesoamericanos, ya sean de origen prehispánico o de tipo híbrido, creados a partir de la irrupción hispánica del siglo XVI, reside la memoria de numerosos pueblos del actual territorio mexicano.

A fin de brindar un acercamiento a nuevos públicos a este patrimonio, el Instituto Nacional de Antropología (INAH), órgano de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, junto con la Fundación de la Casa de México en París, presentan en Francia la exposición Códices: un viaje al corazón del México prehispánico.

Inaugurada el 30 de junio de 2025 y vigente durante julio, esta muestra inédita brinda un asomo, a través de 11 reproducciones facsimilares de códices, a la vida religiosa, los saberes científicos y artísticos, los contextos geopolíticos y, en general, a las formas en que los antiguos pobladores de México veían e interpretaban el universo a su alrededor.

La apertura de la muestra, realizada en la Casa de México en París, fue encabezada por la embajadora de México en Francia, Blanca Jiménez Cisneros; la titular del espacio anfitrión, Tania Enriquez Mier, y el diputado y vicepresidente del Grupo de Amistad México-Francia de la Asamblea Nacional, Éric Martineau.

También estuvieron el director honorario de Investigaciones del Centro Nacional de Investigación Científica de Francia, Dominique Michelet, y el director de la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia (BNAH), Baltazar Brito Guadarrama.

Este último, quien curó la exhibición, detalló que los 11 facsímiles corresponden a los códices: Dresde, Matrícula de Tributos, Boturini, Cruz-Badiano, Tonalámatl de Aubin, Chavero de Huejotzingo, Guillermo Tovar de Huejotzingo, Moctezuma, Mendoza, Zouche-Nuttall y De San Andrés Tetepilco. Se trata de pictogramas representativos de las culturas mexica, maya, huejotzinca y mixteca, entre otras.

El especialista destacó que es la primera vez que se exhiben en el extranjero reproducciones de los Códices de San Andrés Tetepilco, recuperados por el INAH, en marzo de 2024. El conjunto de tres documentos data de entre los siglos XVI y XVII, y da cuenta de la fundación de esta localidad, así como de su ingreso, tras la caída de Tenochtitlan, en 1521, al naciente orden virreinal, de allí que se le considera una continuación histórica de la Tira de la Peregrinación o Códice Boturini.

La embajadora Blanca Jiménez y Tania Enríquez destacaron el trabajo del INAH en la investigación y recuperación de estos bienes patrimoniales, los cuales permiten revalorar la cosmovisión y la historia de los pueblos originarios de México.

“Aunque, lamentablemente, solo conocemos un puñado de los miles de códices que existieron -explicó Brito-, gracias a esfuerzos de personajes como fray Bernardino de Sahagún o los cronistas Chimalpahin, Tezozómoc e Ixtlilxóchitl, sabemos que los hubo consagrados a la religión, al tiempo calendárico, a las cargas tributarias, la guerra, la educación, curación del cuerpo humano, al movimiento de los astros e, incluso, a la nigromancia, es decir, la manipulación del destino”.

En la actualidad, agregó, el INAH, junto con instituciones aliadas y la sociedad civil, emprende esfuerzos permanentes para continuar con la recuperación, investigación, conservación y difusión de este importante legado documental. Ello se ve reflejado, por ejemplo, en que la BNAH y la Biblioteca Nacional de Francia son los repositorios que, a nivel mundial, cuentan con más códices mexicanos.

Incluso, el grupo de más de 200 códices que se resguardan en la biblioteca mexicana, bajo rigurosas medidas de seguridad y conservación, es reconocido, desde 1997, como Memoria del Mundo, por parte de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.

Cabe mencionar que, durante la jornada de apertura de la muestra temporal, también realizó el evento académico “Patrimonio cultural: una cooperación histórica entre México y Francia”, en el que los citados investigadores y funcionarios abordaron la importancia del diálogo binacional en pro de la preservación de sus saberes y expresiones materiales e inmateriales de ancestralidad.

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