Barrio de la Soledad se vistió de fiesta y devoción para celebrar la penúltima posada 

*Fernanda Rodríguez*

Foto: Fernanda Rodríguez.

Bajo el cobijo de las montañas que resguardan al municipio de Malinalco, el Barrio de La Soledad se vistió de fiesta y devoción para celebrar la penúltima posada del año. 

En un ambiente de misticismo y unión comunitaria, los habitantes se congregaron en una de las nueve emblemáticas iglesias de la región para recrear el pasaje bíblico que anuncia la llegada de la Navidad.

La jornada comenzó con la tradicional peregrinación. Entre el aroma a incienso y el frío de la tarde, los feligreses iniciaron el recorrido que simboliza la búsqueda de refugio de María y José

Al frente del contingente, el sonar rítmico de los bastones con cascabeles marcaba el paso de los asistentes, quienes unieron sus voces en villancicos tradicionales, creando una atmósfera de júbilo que recorrió las calles hasta las puertas del templo.

Este año, el esfuerzo de los mayordomos y voluntarios destacó por la magnitud de su ofrenda visual. Los habitantes montaron un monumental nacimiento que nace desde el atrio y guía a los visitantes hasta el interior de la iglesia.

Foto: Fernanda Rodríguez.

El paisaje, cuidadosamente detallado, transporta a los fieles a través de elementos naturales y texturas que recrean el entorno de Belén.

El musgo y aserrín fueron utilizados para dar vida al suelo y senderos; el pasto artificial y arena para simular la diversidad del relieve del paisaje sagrado.

El punto culminante del recorrido, donde se aprecia la representación de la Sagrada Familia, integrada por la Virgen María, San José, el Niño Jesús y el Ángel de la Anunciación.

 Para los habitantes de La Soledad, esta celebración no es solo un acto religioso, sino un pilar de su identidad cultural. 

La organización de los mayordomos refleja el sistema de cargos que aún late con fuerza en los barrios de Malinalco, asegurando que cada detalle, desde el montaje del nacimiento hasta la coordinación de los cánticos, mantenga viva una de las tradiciones más bellas del Estado de México.

 Con la penúltima posada concluida, la comunidad se prepara ahora para el cierre de las festividades, reafirmando que, en Malinalco, la fe se construye paso a paso, entre el sonido de cascabeles y la calidez de su gente.

Foto: Fernanda Rodríguez.

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