*Eréndira Zavala C*
México es un país con arraigadas tradiciones que van desde las religiosas, las de herencia prehispánica, las adquiridas con la colonia española hasta las deportivas, con el futbol soccer como su mejor ejemplo.
Si bien los colonos ingleses que llegaron al país para explotar las minas a finales del siglo XIX fueron quienes trajeron el futbol (quizá para combatir el aburrimiento y pasar el tiempo libre), en México ya se encontraba un juego que involucraba enfrentamientos entre rivales y una pelota que iba y venía. Aunque el juego de pelota prehispánico no tiene gran parecido con el futbol moderno, pareciera que este último resuena en la memoria histórica del mexicano, aquel ritual que a su vez era juego y ceremonia.
A esos ingleses de principios del siglo XX se le unieron jóvenes pertenecientes a la clase acaudalada de México (la élite criolla de aquel momento) y en 1900 se fundó el primer equipo de futbol, el Pachuca, con un grupo de textileros escoceses, sumándose el México Cricket Club, dando nacimiento al primer torneo de soccer en el país. Sin embargo, fue hasta 1920 que se formó la Federación Mexicana de Futbol, migrantes franceses, alemanes y españoles comenzaron a crear sus propios equipos con los que empezaron a competir y ganar torneos convirtiéndose en un espectáculo para entretener. Es hasta 1943 que se creó la primera liga profesional y desde entonces comenzaron a contar los títulos de los ganadores de cada torneo.
Poco a poco, el futbol dejó ser un juego para esparcimiento y recreación, y se transformó en una actividad consagrada como la práctica deportiva preferida por la mayoría de la población mexicana, desarrollándose además un lucrativo espectáculo y negocio que beneficia no solo a quien lo disfruta al verlo o practicarlo simplemente por gusto, sino también a jugadores, técnicos, empresarios, el comercio informal, agencias de publicidad, medios de comunicación, periodistas y un largo etcétera, lo que ha dado pie a una displicencia por otros sectores de la sociedad mexicana.
No obstante, habrá que reconocer que hoy en día, el futbol soccer forma parte de algo más que solamente un deporte que se realiza por pura satisfacción, tiene una posición privilegiada en la identidad social del mexicano, al que le brinda un sentido de pertenencia al unir a las personas, incluso sin conocerse, ya sea por la porra, los cánticos, las banderas, los colores o sin más, al gritar ¡GOOOOOOL!