Con motivo de los 100 años del muralismo en México, la UNAM, a través del Instituto de Investigaciones Estéticas (IIE) y de la Gaceta UNAM, emprende un ejercicio de difusión periodística para dar a conocer algunos de los murales que forman parte de su patrimonio, e impulsa un proceso de reflexión colectiva sobre el origen y contexto de su creación.
A partir del lunes 14 de marzo y todos los lunes hábiles de 2022, la Gaceta UNAM presentará a sus lectoras y lectores algunos de los más representativos murales que forman parte del patrimonio universitario.
Se trata de información de alrededor de 35, de las cerca de 150 obras, que tiene la Universidad bajo su resguardo, con la colaboración, invaluable asesoría y el rigor académico de especialistas del IIE.
De esta manera, la Gaceta y el IIE conmemoran “UNAM, 100 años de muralismo”, un proceso que le daría un lugar preponderante al arte mexicano en una sociedad cambiante, y un lugar en el arte moderno mundial que determinaría el curso de la historia plástica de nuestro país durante una parte del siglo XX.
El muralismo ha sido parte de la historia de la UNAM desde entonces. Hasta la fecha, la Universidad promueve formas renovadas de arte público.
Entre 1921 y 1922, Roberto Montenegro creó el mural El árbol de la vida, en la Sala de Discusiones Libres de la Universidad Nacional de México, que ocupaba el extemplo de San Pedro y San Pablo. Entre 1922 y 1923 Diego Rivera pintó La creación, en el anfiteatro “Simón Bolívar” de la Escuela Nacional Preparatoria. Esas dos obras dieron inicio al movimiento de pintura mural mexicana.
Se trató de intelectuales que supieron reservar un espacio autónomo para la búsqueda estética; y podemos aventurar que fue esa independencia de criterio lo que les permitió consolidar el carácter público de su creación.
EL MURALISMO EN MEXICO
El Muralismo fue un movimiento artístico que surgió en México en la década de 1920. Los artistas que participaron en él intentaron plasmar su visión sobre la identidad nacional y la situación social y política del país.
Se trata de un movimiento inspirado por un propósito: construir una identidad nacional para aglutinar a los diferentes sectores de la sociedad mexicana, dadas las profundas desigualdades sociales de la época, especialmente educativas y culturales.
El presidente Álvaro Obregón, elegido para el período de 1920 a 1924, nombró a José Vasconcelos como secretario de educación pública. Este desarrolló el primer programa cultural del Estado mexicano después de la revolución.
Con el propósito de crear un sentimiento de unidad nacional y promover los valores del Estado moderno, Vasconcelos impulsó, por un lado, la educación pública nacional, concentrando esfuerzos en la lengua castellana como punto de unificación en un México pluricultural y multilingüístico. Por el otro, desarrolló un programa de arte público para construir y reforzar la identidad y la memoria colectiva.
Principales autores del muralismo mexicano:
Es bastante conocido que David Alfaro Siqueiros, Diego Rivera y José Clemente Orozco fueron los artistas más renombrados del muralismo gracias a su relación con José Vasconcelos. Pero además de estos estaba Louis Henri Jean Charlot (1898-1979) fue un pintor nacido en Francia, pero naturalizado mexicano.
Ramón Alva de la Canal. Fernando Leal. Fermín Revueltas. David Alfaro Siqueiros. Gerardo Murillo ( Dr. Atl.), entre otros.
MURALES DE LA UNAM
En la UNAM hay cerca de 110 murales contemporáneos, de fragmentos, pequeño y grandes, pero ocho son los más destacados.
Ellos habitan en el campus central de Ciudad Universitaria, espacio nombrado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), en 2007, Patrimonio Cultural de la Humanidad e inaugurado en 1952.
En las fachadas de la Torre de Rectoría, de la Biblioteca Central y del Estadio Olímpico Universitario lucen imponentes, con distintas composiciones, diferentes formas de pensar, relieves y materiales, las obras de los denominados tres grandes del muralismo mexicano: David Alfaro Siqueiros, Juan O’Gorman y Diego Rivera.
El mural más grande de todos los tiempos, la joya de la corona, realizado por el arquitecto y pintor Juan O’Gorman, embellece la Biblioteca Central; sus cuatro lados, cuatro mil metros cuadrados, están revestidos en su totalidad por las piedras naturales, 10 mil colores y resistentes a la intemperie, de todos los estados del país.