Tradición oaxaqueña. La Guelaguetza

*Eréndira Zavala C*

Foto: Internet.

Guelaguetza deriva del vocablo zapoteca Guendalezaay significa “ofrenda, presente, cumplimiento”, y tiene su origen desde la época prehispánica cuando se realizaba un ritual dedicado a la diosa del maíz Centéotl en un lugar denominado por los zapotecas como Daninayaaloani o cerro de Bella Vista; con la conquista, esta festividad se mezcló con la celebración de la Virgen del Carmen. Este sincretismo dio lugar a la “Fiesta de los Lunes del Cerro” en el mes de julio de cada año, desde 1932.

Durante ocho días se llevan a cabo presentaciones folklóricas, culturales y deportivas, así como musicales, bailes, cantos y degustaciones de la gastronomía oaxaqueña con sus tlayudas, memelas, tamales y empanadas de mole amarillo. Se reúnen las 16 etnias de las ocho regiones del estado y ofrendan unas a otras sus costumbres, coloridos atuendos y cultura en el Cerro del Fortín, donde en 1974 se construyó un auditorio en el mismo emplazamiento de la Rotonda de las Azucenas para once mil espectadores.

Entre sus fiestas más representativas se encuentran el Festival de los Moles, con los “siete moles oaxaqueños”: colorado, manchamanteles, chichilo, verde, amarillo, coloradito y negro, además de otros menos conocidos como el de insectos, de camarón seco, mole de garrote, de iguana, mole de arriero, mole de yerbabuena con chintextle, mole de chicatana, huachimole, mole de plátano de castilla, adobo costeño, segueza, tesmole y mole de hongos. El Encuentro Artesanal con el barro negro, alebrijes, tapetes e hilados de lana (pintados con tinturas naturales de plantas e insectos como huizache, añil, cochinilla, índigo, musgo de roca, flor de cempasúchil, entre otros), cestas y sombreros de palma natural, blusas y huipiles bordados.

Otra festividad es la escenificación de la vida, amor y muerte de la princesa zapoteca Donají, hija del rey zapoteca Cosijoeza y de la princesa Coyolicatzin. Y el Bani Stai Gulal que significa “repetición de lo antiguo”, un espectáculo que presenta cuatro épocas: la prehispánica con danzas, de la Colonia con una procesión y un carnaval, del México independiente con un paseo lleno de catrinas, charros y chinas de calenda, y la Contemporánea que muestra trajes típicos y fuegos artificiales.

Hasta nuestros días la fiesta de la Guelaguetza es un homenaje a la diversidad étnica y cultural de Oaxaca que engloba magia, tradición, cultura y unión, así como un evento internacional que muestra al mundo la riqueza de nuestro México.

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