*Rocío Mariel CR*
Francisco Gabilondo Soler, mejor conocido como Cri Cri, el Grillo Cantor, deja un legado que marca huella generación tras generación, gracias a su talento mediante el cual nos regaló las mejores canciones que pudimos haber escuchado en nuestra infancia.
El chorrito, la patita, caminito de la escuela, el ratón vaquero, cochinitos dormilones o el conejo ChuChu, son solo algunos temas de Cri Cri que además nos hicieron imaginar la historia que contaba en cada uno de ellos y sus personajes.
Como si hubiera salido de un cuento, el Grillo Cantor tenía la voz, la interpretación y la capacidad de hacernos vivir sus canciones, como lo hizo con la canción el ropero o muñeca fea.
Cri Cri nació el 6 de octubre de 1907 en Orizaba, Veracruz, estado donde no solo creció sino también donde inició su carrera como compositor de tangos y danzones, los ritmos más populares de la época; sin embargo, su verdadera vocación estaba enfocada hacia las canciones infantiles, un mercado que no había sido explorado y que no era aceptado por los empresarios de aquel entonces.
Es de reconocer que como el Grillo Cantor no ha surgido ningún otro, único con una amplia lista de interpretaciones que narran historias nobles, sencillas, dulces tiernas y sensibles, armonizadas en su mayoría con piano y violín.
A Francisco Gabilondo le dedicaron un museo interactivo el cual se localiza en Orizaba, su tierra natal.
Además, se negó rotundamente a vender los derechos de autor de Cri Cri a Walt Disney.
Tienes que saber que en 1951, Francisco Gabilondo ingresó a la Sociedad Astronómica Mexicana y el 14 de diciembre de 1990, falleció.