*Rocío Mariel CR*
Tras pausar los festejos por la pandemia de Covid-19, este 2022 viene con mucha fuerza para retomar las tradiciones que tanto disfrutan los mexicanos.
En vísperas del Día de Muertos el Estado de México no se queda atrás, en especial el municipio de San Antonio la Isla se hace notar porque desde que se circula sobre la carretera Toluca-Tenango, se aprecia el imponente rostro de una Llorona de 19 metros de altura.
La Llorona Islense viste tal cual como la describe su leyenda, con un vestido blanco que la cubre por completo, con un sombrero y velo también de color blanco. En sus manos sostiene un ramo de flores que asemejan flores rosas y de su cuello cuelga un dije de color rojo.
Esta representación hace honor a la tan afamada leyenda de La Llorona, que le ha valido muchas producciones cinematográficas, tanto mexicanas como extranjeras.
En 1960 bajo la dirección de René Cardona, la producción de José Luis Bueno y las actuaciones de María Elena Marqués, Carlos López Moctezuma y Mauricio Garcés, dieron al cine de la época una buena producción de la historia de La Llorona.
Y es que la leyenda de La Llorona es abrumadora porque en realidad su historia es triste y muy trágica, de las más populares de México. Se cuenta que quien dice haberla escuchado, nunca puede olvidar su lamento ni sollozo.
Su historia gira entorno al espectro de una mujer que vaga por distintos lugares, sobre todo cerca de ríos, lagos, pueblos y ciudades, lamentándose por el crimen que ha cometido: asesinar a sus hijos.
De acuerdo con la leyenda de La Llorona que nos relataron nuestros padres, abuelos, tíos o primos mayores, surgió a mediados del siglo XVI, durante las noches de luna llena, los vecinos de Ciudad de México se despertaban sobresaltados al escuchar los fuertes lamentos de una mujer, la cual gritaba: ¡Ay mis hijos!
La figura iba vestida de blanco y un velo cubría su rostro, mientras recorría las calles de la ciudad dirigiéndose hasta las orillas de un río, donde se desvanecía.
Dicen que la mujer, tras el abandono de su marido, decidió ahogar a sus hijos en un rio. Desde entonces, lamenta lo sucedido arrepentida y aún vaga por las calles de ciudad, lamentándose.
Este relato también inspiró a la majestuosa Llorona Islense de 19 metros de altura, la cual a sus pies está rodeada por varias catrinas de colores amarillo, naranja, rojo y morado. ¡Sorprendente!
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