Día de la Candelaria: Conoce la tradición de vestir al Niño Dios

*Gaby L.C *

Foto: Ilustrativa.

Se dice que este 2 de febrero se celebra el fin de la Navidad, por eso hay muchas personas que hasta este día quitan sus adornos, y se debe según las creencias antiguas se han cumplido 40 días desde el nacimiento del Niño Dios, además de ser la fecha que para nuestros antepasados iniciaba el año.

Con ello, llegó el Día de la Candelaria, donde en México las familias y amigos se vuelven a reunir para disfrutar de un rico tamal acompañado de un atole, derivado de la traducción de la partida de la Rosca de Reyes Magos, quien sacó al niñito escondido está obligado de pagar dichos tamales.

Sin embargo, esta tradición va más allá de solo degustar estos ricos tamales, de verde, rajas, dulce, oaxaqueños, etcétera; Se cree que el Día de la Candelaria festeja a la virgen María y su purificación, tras 40 días de haber dado a luz a Jesucristo, el hijo de Dios.

Además, esta fecha, en los hogares mexicanos se acostumbra “levantar el niño”, donde los padrinos que lo arrullaron el 24 de diciembre, serán los encargados de ponerle su ropón.

De acuerdo con historiadores, esta tradición de vestir al Niño Dios data desde los siglos XVII y XIX, pues durante este periodo las monjas se encargaban de vestir a la figura religiosa con ropita que ellas mismas u otras personas tejían para llevarla a la iglesia.

En México, nació en este mes de febrero en la iglesia de la Candelaria de los Patos, donde lo levantaban del pesebre para después cubrirlo; sin embargo, su origen se remonta a la liturgia de la Purificación, donde padres de familia acercaban a sus hijos más pequeños a recibir la bendición.

Hoy en día, esa misma tradición sigue presente, se viste al niño para después llevarlo junto con sus dueños a recibir la bendición, acción que hoy en día significa de protección para la casa del Niño Dios, sus moradores y de los padrinos.

A pesar de que la vestimenta del Niño Dios actualmente va de acuerdo a los gustos y promesas de los padrinos, originalmente los trajes debían representar alguna de las tres etapas en la edad de Jesús: de bebé, niño o adulto. Pero esto ya no es así.

Además, de ser vestido el niño debe estar sentado en una base que debe ser adornada de flores, dulces y dos cirios, antes de ser bendecido por el sacerdote, de regreso se guarda junto con las demás figuras del nacimiento.

Las velas se conservan porque, según la creencia, protegen a sus poseedores contra tempestades.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *