La pérdida de tradiciones en México

*Eréndira Zavala C*

Foto: Especial.

Sin lugar a dudas la modernidad ha alcanzado a las culturas de todo el mundo sin excepción, cambios y más cambios se llevan a cabo cada día, la fuerza de la adaptación y la influencia de otros grupos dan como resultado que comidas, vestimentas, gustos, costumbres y tradiciones sean afectadas y de a poco, unas se transformen, otras caigan en el olvido y algunas más se encuentren en el doloroso proceso de desaparición.

Estas tradiciones y costumbres se han transmitido de generación en generación: los niños aprenden de los adultos y los adultos de los ancianos; aprenden de lo que escuchan, de lo que ven y experimentan en la convivencia diaria. Esta es la herencia cultural, esa que trata de asegurar que las generaciones jóvenes den continuidad al conjunto de saberes, experiencias, valores e intereses que los distinguen como grupo y los diferencien de otros.

Su conservación depende de practicar hábitos, formas de ser, creencias y modos de comportamiento, por ejemplo, el 2 de noviembre, Día de Muertos, cuando la tradición señala preparar la comida preferida del fallecido, llevar flores a su tumba, levantar su altar y ofrenda, entre otras actividades; en Estados Unidos también se celebra esta fiesta, aunque por una costumbre diferente: disfrazarse, bailar, asustar y pedir dulces. Así pues, las costumbres se mezclan y, en ciertos casos, han llegado a sustituir las prácticas mexicanas.

Otro ejemplo es el uso del molcajete, usado desde hace años por los antepasados y que ha sido desplazado poco a poco, ahora se vende más como una artesanía que como instrumento para preparar alimentos. Los juegos y juguetes tradicionales mexicanos han corrido con la misma suerte, “la roña, “las coleadas”, “la víbora de la mar”, el yoyo, el trompo, la lotería o una muñeca de trapo, son relegados por las tablets, la Inteligencia Artificial (IA), los videojuegos y la alta tecnología que surge a diario.

Cuando las personas cambian sus creencias, su modo de entender el mundo y el sentido de la vida, entonces buscan otras que les den nuevos significados y prácticas que, con el tiempo, formarán otras costumbres y tradiciones. Quienes se resisten a dejar atrás su cultura, creen firmemente que ésta les ha ayudado a enfrentar la vida y les representa seguridad y sentido de pertenencia.

Por ello, nuestra cultura mexicana requiere de una reflexión que permita pensar y dialogar entre nosotros acerca de cómo podemos rescatar y conservar el legado de nuestros antepasados, aprovechar la herencia cultural como lazo que estrecha las relaciones entre las comunidades y facilitan proyectar un futuro en común.

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