Piedra sagrada, Peña de Bernal

*Eréndira Zavala C*

Foto: Especial.

Bernal se encuentra al noreste de la ciudad de Querétaro, la Peña es el tercer monolito más grande del mundo con 2050 metros de altura y es un símbolo cósmico de ceremonias antiguas. El peñasco es un templo, junto con los cerros el Frontón y el Zamorano forman un triángulo simbólico dentro del cual los otomí-chichimecas se reúnen para peregrinar y pedir la protección divina, venerar a sus antepasados y exaltar la identidad y continuidad de su comunidad.

La Peña de Bernal es la puerta de entrada a la Gran Chichimeca, en ella se encuentra una cruz ancestral venerada cada 4 de mayo desde hace más de cinco siglos. Los otomí-chichimecas cargan una cruz cristiana de madera, que colocan junto a los vestigios de una cruz prehispánica de piedra que se posaba en la cima del peñasco, suben solo con manos y pies sin ninguna protección, excepto la de su fe.

El origen de esta tradición se remota a la invasión española cuando los clérigos franciscanos que llegaron a la región, impusieron la imagen de la cruz en las cimas de cerros. La mayordomía de la Santa Cruz, instituida por los españoles, continúa aún hoy día conformada por el mayordomo, la Malinche, el Tenanche, el Mascarado Mayor y Menor, el Primer y Segundo Danzantes y los Escaloneros, hombres de fe y fortaleza física, tradición heredada de padres a hijos.

Amarrar la Flor es una de las tradiciones menos conocidas y donde se fabrican bastones con vara prieta, hinojo, cucharilla, flores frescas e hilo para ofrendar en los sitios sagrados, los cuales deben estar listos -con los cohetones- para el 3 de mayo. Lo primero es pedir permiso a la Santa Cruz para bajarla y andar en el Camino Sagrado, los escaloneros con los talones en las piedras la toman y la hacen descender mano a mano hasta la ermita del Descanso para vestirla y colocarle arcos de flores.

Se dice que alguna vez, un cura se negó a bajar la cruz y sin aviso de lluvia, cayó un rayo que la hizo añicos, los escaloneros recogieron las astillas regadas y las adhirieron a otra cruz, la Peregrina, que es la que baja y suben de la Peña de Bernal. La comunidad acompaña a la cruz hasta la cima, exceptos los últimos 45 metros que es solo para los escaloneros, quienes realizan una oración para pedir por la paz y la salud del mundo.

Esta costumbre se encuentra inscrita desde septiembre de 2009 en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO, como “Lugares de Memoria y Tradiciones Vivas de los Pueblos Otomí Chichimecas de Tolimán. La Peña de Bernal Guardián de un Territorio Sagrado”. Son Patrimonio Mundial, gestión hecha por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

Una tradición más que vale la pena conocer…

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