El pulque ha recobrado el gusto entre la población mexicana y el maguey se ha convertido en uno de los cultivos favoritos en el Estado de México; además de servir para la producción de aguamiel, se utiliza como cerca para delimitar terrenos, reforestar y combatir la erosión de los suelos.
Nuestra entidad ocupa el segundo lugar nacional en la producción de maguey pulquero (Salamina sp), con mil 536 hectáreas sembradas de este cultivo tradicional, siendo las variedades más comunes: manso, chalqueño, ayoteco y cenizo.
De acuerdo con la Dirección General de Agricultura de la Secretaría del Campo, en cada hectárea sembrada hay una densidad de entre 825 y mil magueyes pulqueros y, con un buen manejo, una planta de tres metros llega a producir cinco litros de aguamiel al día.
Esto significa que, en 90 días, un sólo maguey pulquero puede producir más de 400 litros y una hectárea 371 mil 250 litros.
Otumba es el municipio mexiquense con más hectáreas sembradas de maguey con 700, seguido de Jiquipilco que, con 300 hectáreas sembradas ostenta una de las Ferias más famosas de la llamada “bebida de los dioses”.
Teotihuacán, Temascalapa, Nopaltepec, Tepetlaoxtoc e Ixtapaluca son otros de los municipios mexiquense con tradición pulquera y más hectáreas sembradas con las diferentes variedades de maguey.
A nivel nacional, Hidalgo es el estado con más pulque, pues destina más de 4 mil hectáreas a la siembra del maguey; le siguen el Estado de México, Puebla, Tlaxcala y Guanajuato.