*Miriam Siles*
Con 142 años de formar parte de la historia de Toluca y ubicado en el torreón noroeste de la Rectoría de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx), el Observatorio Meteorológico “Mariano Bárcena” se erige como pionero en la medición de los fenómenos meteorológicos de la entidad, y desde 1946 ha reportado el estado climático local de manera ininterrumpida.
Emilio Rangel, asistente del observatorio, cuenta que este recinto fue fundado en 1882, en una época donde el auge positivista derivó en el interés científico, de ahí que se buscara contar con un lugar donde se pudiera realizar observaciones meteorológicas, pues uno de sus objetivos era formar parte de la primera red de estaciones para medir la climatología del país, en dicha época.
Para equiparlo se tuvo que acudir a Europa, desde donde se trajo el instrumental con el que hasta la fecha se siguen realizando las mediciones de temperatura, presión atmosférica, entre otras. Por lo que una de las grandes curiosidades que guarda este observatorio son sus artefactos que datan del siglo XIX, que nada les piden a los instrumentos convencionales de manufactura contemporánea, pues tienen una excelente precisión. Aunque, hay que acotar, el observatorio echa mano de instrumentos de ambas épocas.
“En este observatorio se tiene el instrumental antiguo y el convencional de manufactura contemporánea y también se tienen sensores electrónicos; todas estas tecnologías se compaginan para dar con los registros. Hay que decir que gracias a dichos sensores es que se puede comparar qué está registrando lo antiguo y se corrobora que hay una armonía con los instrumentos del siglo XIX y los digitales. Además, todos los artefactos funcionan aplicando principios físicos, entonces, estos no cambian, sea el siglo XIX, XX o XXI”, detalla el especialista.
Rangel precisa que el mantenimiento de los instrumentos antiguos es mínimo, debido a que su manufactura es de calidad. Además comenta que para que los instrumentos registren las mediciones sólo es necesario darles cuerda todos los días, pues funcionan con el principio de la relojería.
Convertido también en museo para que los toluqueños y mexiquenses puedan disfrutar y conocer más de sus instrumentos y de la climatología local, este observatorio todavía es parte de la red nacional de meteorología, la cual pertenece a la Comisión Nacional del Agua (Conagua), por lo que diariamente se reportan los datos correspondientes a los climas, como temperatura, humedad relativa y precipitación. Con dichos datos se han llevado a cabo diversas investigaciones, las cuales derivan de estudios formales sobre diversos tópicos, como el calentamiento global o el comportamiento del polen en la ciudad.
De esta manera, el observatorio sigue siendo punta de lanza para emitir alertas a Protección Civil sobre algún fenómeno climático que pudiera ser un riesgo, y también es punto de observación para los fenómenos “del cielo”, como el pasado eclipse solar. Asimismo, en este lugar se tiene un archivo que da cuenta de cómo el clima de la capital mexiquense ha ido cambiando con los años, con la intervención de la industria y el desarrollo urbano en la ciudad. Por esta razón, el observatorio es parte del patrimonio histórico de Toluca, y a través de sus instrumentos se conjugan épocas que dan cuenta del interés científico que la sociedad ha tenido desde siempre.
Este observatorio está abierto al público en general, de lunes a viernes de 10:00 a 17:00 horas, donde los especialistas en climatología ofrecen una breve explicación sobre los instrumentos de medición meteorológica, y aportan datos interesantes sobre el clima de la capital mexiquense.