Un poco del mundo huichol

*Eréndira Zavala C*

Foto: Especial.

Los huicholes, mejor dicho la étnia Wixárika, son un grupo tradicional situado en los estados de Jalisco y Nayarit, dedicados a la cría de ganado y a la economía agrícola, con una larga historia y al menos tres centros de civilización mesoamericana. Cuando los españoles invadieron sus tierras, los huicholes huyeron a la sierra para conservar su autonomía, lo que les ha permitido conservar sus costumbres y permanecer “puros” desde aquellos tiempos.

Wixárika en lengua huichola significa “la gente”, una autodenominación de respeto para sí mismos surgida cuando los mexicas les llamaban huicholes de manera despectiva y que los españoles, desconocedores de esto, les bautizaron con ese nombre. Los wixárikas acostumbran vestir coloridamente, los hombres una kamirra o kutuni (camisa o blusa), sujeta con el juayame (faja gruesa de estambre o lana con varios morralitos bordados llamados kuihuame o huaikuri). Además de un kuchurri (morral) al hombro y sobre la espalda, un tubarra (pañolón bordado). El sombrero (rupupero) adornado con plumas, flores, corteza, espinas, estambres. En cambio, las mujeres visten con mayor modestia, solo un kutuni, una ihui (falda bordada) y un ricuri (manta en la cabeza).

El huichol considera a su vestimenta como una forma de protección, idea que parte de su particular cosmogonía, que tiene que ver con sus tres universos: el mitológico (la vida huichol comenzó en el océano), el del maíz (vida cotidiana y tradiciones) y el místico (revelaciones mediante el arte).  El verdadero significado del arte huichol se basa en representar el mundo tangible y el mundo extrasensorial que lo inspira a elaborar sus artesanías, con representaciones sagradas de sus deidades: águilas, peyote, maíz y ciervos; así como los 4 elementos, animales cotidianos, máscaras y utensilios.

Los artesanos representan las visiones de sus viajes astrales a través de la elaboración de sus artesanías utilizando cuentas de chaquira puestas una a una en la figura de su inspiración, o en tablas de madera preparadas con cera de abeja para formar dibujos con hilo de estambre, o en el llamado Ojo de Dios, un conjunto de rombos en cruces de madera tejido con muchos colores y que simboliza los puntos cardinales.

La tradición del arte huichol ha sido transmitida de generación en generación durante siglos, aunque ahora los colorantes vegetales son reemplazados por industrializados, las técnicas ancestrales continúan, destacando por su belleza e impresionante elaboración, que muestra la visión de la cosmogonía wixárika.

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