Jerga tradicional mexicana… ¡Qué chafa!

*Eréndira Zavala C*

Foto: Especial.

Definitivamente los domingos son días de fachas, no para ponerse tacuche, aunque jamás digas de esta agua no he de beber, porque nunca se sabe si alguien te invita al argüende de los escuincles o al bodorrio. Así podría continuar escribiendo y cualquier mexicano sería capaz de comprender lo escrito sin demora ni problema.

El conjunto de voces, expresiones y distintos significados que diferencian la forma de hablar de los mexicanos de cualquier otra forma de otros países, se conoce como mexicanismos. Expresiones modificadas que no respetan reglas gramaticales y comunican una idea con pocas palabras.

Existen mexicanismos exclusivos que se encuentran limitados a regiones como Sonora, Sinaloa o Yucatán; los mexicanismos generalizados recorren la república y el mundo indistintamente. Por ejemplo, taco, cacao, ajolote, petate, aguacate, mecate y chocolate, son mexicanismos que han traspasado fronteras y no existe ninguna otra forma de llamarlos.

Algunas palabras simples y diarias como banqueta -relacionada con banca-, ahorita, ahorititita, órale, híjole, pícale, chíngale, son una forma de habla directa, mexicanismos característicos de la cotidianeidad. Lo mismo pasa con el uso de una “s” al final de algunas expresiones para intensificar el efecto de lo que se dice, es el caso de madres, aguas y mocos. Incluso se combinan palabras para construir mexicanismos con significados nuevos, por ejemplo: no que no, no dura ni para el arranque, no hay tos, a todo mecate, no hay de otra, a darle que es mole de olla

Y para muestra un botón, algunas expresiones tienen orígenes interesantes como Teporocho, un remedio para la cruda o resaca vendido en el mercado de La Merced en CDMX, elaborado con té de canela, naranja y piquete(alcohol), a un precio de 8 centavos, por lo que se ofrecía como Té por ocho. Ya chupó faros, de la época de la revolución, cuando una persona era condenada al fusilamiento le ofrecían un cigarro de la marca Faros; o Darle vuelo a la hilacha, aunque decirlo se refiere más bien a “eres un libertino”, su historia viene de soltar el hilo o hilacha que sostiene al papalote para que vuele más alto.

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