*Eréndira Zavala C*
El alma de la identidad mexicana se encuentra en su cultura manifestada en tradiciones, gastronomía, música, danza, artesanías y en la forma en la que las comunidades han adaptado sus costumbres al contexto actual. La cultura es el puente que une generaciones y regiones diversas, preservando la memoria colectiva y fomentando valores como el respeto por los ancestros y la población. El conocimiento de la propia cultura como de la de otros es una forma importante de aceptar las diferencias, ampliar la perspectiva del mundo y aprender a valorar y respetar la diversidad.
De acuerdo con la Real Academia de la Lengua Española, la cultura se define como el conjunto de modos de vida, costumbres, conocimientos y el grado de desarrollo artístico, científico e industrial de una época o grupo social. Asimismo, puede entenderse como un conjunto de ideas, comportamientos, símbolos y prácticas sociales que se transmiten de generación en generación a través de la vida en sociedad.
La cultura está en constante transformación, influida por nuevos pensamientos, expresiones artísticas, música, danza, religión y otras formas de creación. Este dinamismo enriquece las relaciones sociales y fomenta la conexión entre los entornos humanos y naturales. Sus manifestaciones, tanto materiales como espirituales e ideológicas, reflejan la identidad de individuos y comunidades, permitiéndoles reconocerse como parte de un colectivo más amplio.
Además, la cultura también desempeña un papel crucial en la economía; el turismo cultural y las industrias creativas son impulsoras de la generación de empleos y fortalecen las economías locales, tal y como los Pueblos Mágicos, los mercados artesanales y los festivales internacionales han demostrado que el patrimonio cultural puede ser un recurso estratégico para el desarrollo sostenible.
Los pueblos son el reflejo de sus tradiciones, ideas y formas de actuar que conforman la comunidad en la que viven. En la actualidad, la cultura enfrenta retos significativos como la globalización, la urbanización y la pérdida de tradiciones, que hacen imprescindible implementar distintas y urgentes acciones que promuevan la educación cultural, faciliten el acceso a las expresiones artísticas y aseguren la preservación del patrimonio cultural.
La cultura mexicana es más que solo una herencia del pasado; es un recurso vital para construir un futuro más inclusivo y equitativo. Al reconocer y preservar su riqueza cultural, México no solo refuerza su identidad, sino que también fomenta una sociedad más unida y resiliente ante los desafíos modernos. Así, la cultura es ahora un símbolo de esperanza y transformación para el desarrollo de la nación.