Las brujas de San Luis Mextepec                                                                 

*Alejandra C.L.*

Foto: Especial

Hace un tiempo me contaron que en Zinacantepec, sobre todo en San Luis Mextepec, se aparecían figuras acechantes en las casas de los recién nacidos o niños pequeños que no estuvieran bautizados. Su forma parecía a la de un ave enorme similar a un guajolote, salvo que tenían alas brillantes y su rostro se asemejaba al de una persona; quien me contó esta historia, me dijo que allá consideran que son brujas, que además se transforman en bolas de fuego.

Estas historias han trascendido el tiempo y el espacio, transmitiéndose de formal oral y han colocado a San Luis Mextepec, que también es conocido por su comercio de maricos, como “el pueblo de las brujas”, ya que la zona es rica en historias de estos seres míticos conocidos también como “chupaniños” o las novias del diablo, debido a que para transformarse, ya sea en un ave rapaz o bola de fuego, se cree que hacen un pacto con el mal.

De acuerdo con la leyenda, estas mujeres se quitan las extremidades antes de volar en sus diversas formas, en un ritual que realizan en el Cerro del Molcajete durante la noche, de donde vuelan para llegar a una casa donde se encuentra un bebé menor de dos años que no haya sido bautizado, con el fin de chuparle la sangre, que es de lo que principalmente se alimentan.

Para protegerlos, los padres acostumbran colocar un espejo en la cabecera de la cama o cuna donde duerme el bebé, puesto que se cree que las brujas no soportan ver su rostro transformando en el reflejo; o con tijeras debajo de la cama, las cuales pueden hacerles daño al momento de acechar a los infantes, quienes aparecen completamente pálidos, con rasguños y moretones en caso que las brujas hayan logrado su cometido.

Algunos relatos sostienen que para lograr su cometido, estas criaturas adormecen a los padres y se llevan a los niños para arrebatarles su juventud. Para evitarlo, los habitantes de San Luis acostumbran colocar semillas en los techos de sus casas, pues se tiene la creencia que al verlas, las brujas se quedan a contarlas hasta el amanecer, que es cuando tienen que regresar a buscar sus extremidades o se quedarán para siempre en esa forma.

Otras leyendas revelan que para acabar con una de estas brujas, se debe encontrar el escondite donde dejaron sus extremidades, con las que se podrá inmovilizarlas e incluso tenerlas a su merced; sin embargo, para destruirlas, se deberá rociar agua bendita o quemarlas.

Los diversos testimonios de habitantes de San Luis Mextepec son parte del folclor que ha rodeado a la figura de la bruja en México, donde se tejen diversas leyendas en torno a estas mujeres que se alimentan de la sangre de los niños.

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