2025, entre la nostalgia y la esperanza

*Eréndira Zavala C.*

Foto: Especial

Este año ha sido uno de esos que no se olvidan fácilmente, de esos que se quedan grabados en la memoria. Un año que ha sacudido, desafiado, en el que se han perdido cosas, personas y seguridades que creíamos inamovibles. Hemos cuestionado decisiones y enfrentado miedos, pero en México lo que nos sostiene -con discreción, invisible-, es la cultura que nos rodea; esas costumbres que nos definen, las tradiciones mexicanas que nos conectan con el pasado y con el futuro.

Septiembre comienza a llenarse con cempasúchil; noviembre se acerca con el Día de Muertos, una fiesta que, aunque hable de muerte, es alegría, nostalgia y vida. Se alistan las velas en los altares que se llenan de historias, fotos y sabores en la comida que los acompaña, en el papel picado y en los colores.

Después, casi sin darnos cuenta, llegará diciembre con añoranza e ilusión, con sus nacimientos, posadas y piñatas, acompañados de buñuelos y guisos, de risas y brindis por quienes están y quienes se han ido. Pero, a pesar de todo, se escucharán rimas y canciones tradicionales, se compartirá ponche caliente con seres queridos y se disfrutarán las luces navideñas con la esperanza puesta en un nuevo año.

Este 2025, que ha sido implacable, también nos ha enseñado a agradecer lo que está, a valorar los momentos que dejamos pasar: un amanecer brillante, el bullicio de un mercado, el sonido de una banda en un pueblo, el aroma del copal, los detalles navideños o un cielo estrellado. La cultura es algo admiramos, habitamos y que nos sostiene cuando el mundo alrededor parece desmoronarse.

Hoy escribo desde la mitad de septiembre, reconstruyendo el día a día, pero con la certeza de que el alma también se sana a través de lo que celebramos, de lo que recordamos juntos y de la magia que los corazones mexicanos poseemos en la unión. Mientras sigamos compartiendo estas costumbres -nuestros días de muertos, nuestras navidades, nuestras risas y llantos, nuestros sueños de un México mejor-, siempre habrá algo en nosotros que deseará seguir en pie.

Por eso, aunque 2025 sea un año que puso a muchos casi de rodillas, no nos ha vencido. Aquí estamos y aquí seguimos, para bien o para mal.

¿Y tú, también has sentido que la tradición te acompaña en momentos difíciles? Cuéntame…

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