La Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), a través de la Coordinación Nacional de Literatura (CNL) y la Sociedad Alfonsina Internacional, entregaron hoy en ceremonia virtual el Premio Xavier Villaurrutia de Escritores para Escritores 2020 para obra publicada a Malva Flores por su libro Estrella de dos puntas, Octavio Paz y Carlos Fuentes: crónica de una amistad (2020).
En el marco de la campaña “Contigo en la distancia” de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, la ceremonia se realizó a través de redes sociales de las instituciones convocantes.
La galardonada Malva Flores indica que en las primeras páginas de Estrella de dos puntas expone que éste no es un volumen de crítica literaria, sino la lectura de una o varias pasiones perseguidas desde su propia pasión: “El seguimiento de esas dos figuras fundamentales de nuestra cultura me hizo sentir orgullosa de la lengua y la literatura a las que pertenezco, capaces de crear un lenguaje fuera del reducido coto de lo doméstico: una escritura mexicana y al mismo tiempo universal”.
En ese sentido, señala que si la amistad es entre otras cosas una conversación, “la literatura es una forma de la amistad y estos amigos la ejercieron hasta el punto de convertir esa estrella en el centro de nuestra literatura durante medio siglo y durante más tiempo aún”.
Al leer sus ensayos, poemas, novelas, cuentos o su correspondencia, hallaremos acá y allá las obras, los nombres y rostros de los autores de los que les hemos leído durante muchos años. Asimismo, aprendimos a valorar no solo su participación directa en la construcción de esa argamasa poderosísima: las revistas, los suplementos de nuestro edificio cultural, sino también su intervención en la alzadura de las instituciones que han sido orgullo de nuestro país.
Al mencionar las enseñanzas que le deja esta obra, Malva Flores refiere que comprender que la defensa de la libertad y el ejercicio de la crítica son elementos imprescindibles para la salud de cualquier sociedad democrática. “Aprendí también que la crítica tiene que ejercerse en cualquier contexto, más allá incluso de la amistad, porque la crítica a las ideas no debe confundirse con un juicio a las personas.
“Nuestra única esperanza nace de la crítica, ese ‘aprendizaje’ de la imaginación en su segunda vuelta, la imaginación curada de fantasía y decidida a afrontar la realidad del mundo”, dijo al cerrar su participación en la ceremonia transmitida por redes sociales.
Leer siempre será puente entre tiempos, historia, espacios y utopías
La directora general del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, Lucina Jiménez, señaló que “en estos tiempos de contingencia, de encierro y de incertidumbre, la literatura, la poesía, el cuento y el ensayo son los espacios de la memoria y de la crítica de nuestro tiempo”. Y agrega: “Leer siempre será puente entre tiempos, historia, espacios y utopías”.
La obra premiada, puntualiza, desentraña el escenario literario de una época que ella llama “la cintura del siglo”. Su aguda lectura de un mundo literario mexicano testimonia sin falsos giros, con sinceridad, una época, una amistad, las dinámicas que se traspasan a la diplomacia, las tramas de la literatura y de la escritura de una época prolífica en la que figura la propia muerte de Villaurrutia, pero también la construcción de un México diverso, literario y culturalmente hablando.
Al recordar que este premio, creado en 1955 por Francisco Zendejas, recoge el generoso espíritu de Alfonso Reyes, quien sugirió que en lugar de llevar su nombre se honrara la trayectoria de otro escritor mexicano contemporáneo cuya obra fuera de excelencia y universalidad, por lo que se nombró al galardón Xavier Villaurrutia, en reconocimiento a su importante obra poética y a su aporte a la modernidad literaria de México.
Obra apasionante y reveladora
Por su parte, el presidente de la Sociedad Alfonsina Internacional, Felipe Garrido, leyó el acta del jurado conformado por Angelina Muñiz-Huberman, Enrique Serna e Ignacio Solares, quienes decidieron por unanimidad el fallo: “Gracias a la claridad de su prosa, Malva Flores cautiva al lector desde las primeras líneas, de modo que su ensayo se lee como una novela. El resultado de este arduo trabajo es una obra apasionante y reveladora que nos permite ver por el ojo de la cerradura los entretelones de la vida literaria, la diplomacia y la política en el México del pasado reciente”, concluye el acta.
Angelina Muñiz-Huberman detalló que la obra galardonada en este certamen relata la amistad, aunque con sus diferencias, entre Octavio Paz y Carlos Fuentes: “La información que se presenta es vastísima, incluye biografía, intercambio epistolar, poesía, política, diplomacia, libros y revistas de la época. Todo ello enmarcado por la objetividad y la claridad de perspectiva”.
La también ganadora del Premio Xavier Villaurrutia 1985 por Huerto cerrado, huerto sellado (1985) comenta que a la par de la profunda investigación académica, los 14 capítulos de este “libro intenso” conjugan el fluido ritmo de la lengua, “con lo cual este imprescindible ensayo logra el propósito horaciano de enseñar deleitando”.
En tanto, la coordinadora nacional de Literatura, Leticia Luna, quien fungió como maestra de ceremonia, dio lectura al diploma que entregaron las instituciones convocantes a la poeta, quien ha obtenido otras distinciones como el Premio Nacional de Poesía Aguascalientes 1999 por Casa nómada (1999) y el Premio de Ensayo Literario José Revueltas 2006 por El ocaso de los poetas intelectuales (2010).
Tradición de renombrados
El Premio Xavier Villaurrutia de Escritores para Escritores es considerado el galardón más importante de las letras mexicanas, entregado por obra publicada desde hace 66 años a lo mejor de la poesía, la novela, el ensayo, la crónica y la dramaturgia. Desde entonces, sólo ha sido declarado desierto en tres veces (1958, 1961 y 1962).
En varias ocasiones se ha otorgado a más de una obra. En total lo han recibido 113 escritoras y escritores: 86 hombres y 27 mujeres. El primero en ser condecorado fue Juan Rulfo por Pedro Páramo (1955).
Entre quienes lo han obtenido destacan: Octavio Paz, Rosario Castellanos, Elena Garro, Juan José Arreola, Salvador Elizondo, Fernando del Paso, José Revueltas, Elena Poniatowska, Carlos Montemayor, Jaime Sabines, José Emilio Pacheco, Tomás Segovia, Carlos Fuentes, Silvia Molina, Amparo Dávila, Alí Chumacero, Margo Glantz, Carlos Monsiváis, Juan Villoro, Elsa Cross y Enrique Serna.