*Eréndira Zavala C*
Todos los años entre los meses de febrero y marzo, cuarenta días antes de la cuaresma cristiana, se lleva a cabo la fiesta del Carnaval, una costumbre de origen muy antiguo e incierto, sin datos históricos contundentes. No obstante, algunos historiadores la sitúan en Sumeria hace aproximadamente 5000 años, relacionándola con la buena cosecha y en donde eran permitidos toda clase de excesos carnales. También se ha relacionado su origen con las festividades paganas griegas y romanas en honor al Dios Baco o Dionisio (dios del vino).
El propósito original de esta festividad era que los participantes, en especial los cristianos, celebraran, compartieran y jugaran libremente en el anonimato para evitar la deshonra pública, al ocultar su identidad detrás de máscaras y disfraces, antes de entrar en el periodo de abstinencia y reflexión que la cuaresma exige a partir del miércoles de ceniza. El carnaval se caracteriza por la música, el espectáculo del desfile, los conciertos y la alegría de quienes intervienen en él.
A pesar de que los carnavales se han transformado con el paso del tiempo, aún conservan algunos de los elementos esenciales como la coronación del Rey Feo, que debe poseer una personalidad desinhibida, graciosa y grotesca, lo contrario a la Reina quien es elegida por su belleza para representar la tentación; además, la fiesta debe hacerse en las calles para que llegue a todos los rincones posibles.
En la actualidad, el carnaval es una fiesta para pasarla bien y se ha convertido en uno de los principales atractivos turísticos como el Carnaval de Venecia en Italia o el de Río de Janeiro en Brasil. En México, el carnaval fue traído con la conquista española y la mezcla de culturas hizo que esta celebración tuviera sus propias peculiaridades y costumbres.
El más grande y representativo en el país es el Carnaval de Veracruz, que se realiza desde la época de la colonia y cuyo rasgo distintivo tradicional es la Quema del Mal Humor donde se incineran hechos y personajes públicos indeseables para espantarlos de la realidad y eliminarlos.
También se encuentran el Carnaval de Tlaxcala con su mezcla de danzas prehispánicas y música europea del siglo XVII, y el Carnaval de Campeche, uno de los más antiguos desde 1582, con su festival de las flores. Otros no menos importantes se llevan a cabo en Yucatán, Sinaloa, Mazatlán, Puebla y Mérida.
Los carnavales recuerdan la alegría de las fiestas con sus carrozas, desfiles, coronaciones y actividades culturales, trayendo consigo las tradiciones de nuestra cultura y el legado de nuestros antepasados.