*Eréndira Zavala C*
En el Valle de Toluca, en el municipio de Calimaya, en el Estado de México, se elabora una bebida tradicional típica que, aunque no existen referencias, se dice que su origen es prehispánico; su nombre es tecuí, del náhuatl tekuini (“latir” -el corazón-, “palpitar”) “el que mueve o alegra el corazón”, aunque también se cree que proviene de “ticui”, que significa “prender, encender” y tendría que ver con el flameado de su elaboración.
Por otro lado, se cuenta que el tecuí tiene su verdadero origen en la época de la arriería, en el siglo XVI, cuando desde el estado de Morelos se comerciaban botes llenos de alcohol a lomo de mula y la mayoría de los ingredientes como la naranja, la canela, las pasas y la almendra, ya habían llegado a México desde el Viejo Mundo.
El tecuí, es una bebida alcohólica que se hace con frutas frescas y frutos secos como guayaba, pasas, naranja, tejocote, canela, nueces, piña, caña, almendra, etc., se sirve caliente y es similar al ponche; por tradición su preparación se hace en olla de barro, a fuego de leña, donde primero se quema el azúcar para caramelizarla, luego a fuego lento se agrega el jugo de la fruta, generalmente jugo de naranja o de guayaba, o ambos. Al momento de hervir, se agregan los trozos de frutas y los frutos “martajados”, una vez cocida la fruta se apaga el fuego, se agrega el alcohol y como costumbre, se enciende un cerillo a la vasija para alegrarle la vista.
Tradicionalmente, el tecuí se disfruta desde fines de octubre, con la celebración de Día de Muertos, después en las posadas, también para despedir el año viejo y recibir al nuevo, calentarse durante el invierno y divertirse con la Feria Internacional del Mariachi en marzo.
Así que mientras se recorre el centro de Calimaya, puede disfrutarse de un rico tecuí en los locales que ahí se encuentran o en alguno de los puestos que se colocan alrededor del reloj monumental, construido en 1910 para conmemorar el Centenario de la Independencia de México, y al mismo tiempo, alegrarse el corazón.