Hablemos de tequila

*Eréndira Zavala C*

Foto: Internet.

La palabra tequila proviene del náhuatl tequitl y tlanque significan “lugar de trabajo”, esta bebida ancestral se utiliza desde la época prehispánica en grandes celebraciones y rituales. Cuenta la leyenda que Mayahuel era la diosa de la fertilidad y la encargada de otorgar a los hombres lo necesario para sobrevivir, un día de tormenta, la diosa envió un rayo sobre un campo de agaves, el cual era muy apreciado, que originó un incendio de forma que se coció el interior de las plantas generando una miel de sabor dulce y aroma agradable que llamó la atención de los habitantes, quienes descubrieron que al fermentarse tenía propiedades embriagantes y había sido un regalo de Mayahuel.

El tequila tal y como se conoce hoy en día, se produce desde el siglo XVI y surgió gracias al proceso de destilación en alambiques que trajo la colonización de los españoles para purificar la bebida original y lograr un producto más fuerte, el llamado aguardiente o vino de mezcal o mezcal de tequila, por el ahora pueblo Mágico de Tequila, en el estado de Jalisco, donde surgió. A mediados de ese siglo, el agave azul era considerado de suma valía debido a que se le daban diferentes usos, desde la construcción de techumbres a cuerdas y papel, sus cenizas como jabón y su savia para la cicatrización de heridas.

Para que el tequila sea considerado como tal, debe provenir específicamente del agave azul, en caso contrario solo será conocido como aguardiente, sotol o mezcal. Entre los diferentes tipos de tequila se encuentran el 100% agave, blanco o plata (sin añejamiento en madera), abocante (endulzado para hacerlo más agradable al paladar), reposado (en barricas desde 2 meses hasta 12 años máximo), de reserva (con más de 8 años de añejamiento y proceso de destilación mayor) y añejo (3 años de edad y fuerte sabor a madera con notas suaves).

La elaboración del tequila es considerada casi un arte, en especial aquel con técnicas tradicionales y artesanales; un 24 de julio de 2006, la UNESCO declaró como patrimonio cultural, los paisajes de los sembradíos de agave y las antiguas instalaciones industriales de Tequila, eligiéndose esa fecha para celebrar el Día Internacional del Tequila y uniéndose al mes de marzo cuando se celebra el Día Nacional del Tequila en México.

Los mexicanos llevamos al tequila en el corazón, como una de las bebidas más representativas de nuestras tradiciones y cultura… ¡Salud!

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