*Rocío Mariel CR*
El Día de Muertos tiene mucho sabor y es que ¿quién no disfruta de una rica calaverita de azúcar o chocolate? además, ¿qué ofrenda estaría completa si le faltara una calaverita?
La muerte, para los antiguos mesoamericanos solo era la conclusión de una etapa de vida que se extendía a otro nivel, en la práctica era común conservar cráneos y mostrarlos durante los rituales que simbolizaban el término de ese ciclo. Por ello era común que conservaran cráneos como trofeos.
Pero, con la llegada y conquista de los españoles, los rituales que iban en contra de los preceptos de la religión católica fueron prohibidos y en muchos casos, ante la resistencia de los pueblos indígenas por eliminarlos, se sustituyeron por otros.
Tal es el caso del Día de Muertos y como a continuación se explican, las adaptaciones a las ofrendas mexicanas ??:
Mismo caso el de estos deliciosos dulces en forma de cráneos que sirven para recordar a los muertos y el destino que todos compartimos, aunque también son una forma de agasajar nuestro paladar y mantener viva una de las tradiciones más ricas y significativas de México.
Tienes que saber que las tradicionales calaveritas de azúcar (aunque también existen de chocolate) que adornan los altares de muertos tienen su origen en los tzompantlis de la cultura Azteca, un altar formado con cráneos apilados de las personas capturadas y ofrecidas en sacrificio.
Incluso, se tiene la creencia de que escribir el nombre de la persona a quien se regala una calaverita de azúcar o chocolate, tiene como propósito recordarle que en este mundo lo único seguro es la muerte.
Además, elaborar estos tradicionales dulces requieren de una fabricación artesanal procedente de España, el alfeñique, ¡cuya técnica hace que cada calaverita pueda durar hasta décadas! Lo primero que se necesita es una mezcla de azúcar, agua y un poco de limón que luego de estar bien mezclados, se vierte el azúcar en moldes, que ya contienen la forma de la calavera.
La coincidencia de la celebración de los muertos por parte de los antiguos mexicanos con el de los Fieles Difuntos de los españoles, permitió estos cambios y adaptaciones a base del alfeñique, la cual es una especie de caramelo formado de azúcar pura de caña.
A la receta original se le han agregado otros ingredientes, por ejemplo amaranto o chocolate; sin embargo, cada estado de la República Mexicana tiene una manera distinta de hacer alfeñiques. En Puebla complementan el dulce con cacahuates o pepitas, mientras que en Oaxaca le añaden miel en el centro. En el Estado de México las hacen de pasta de almendras.