*Gaby L.C.*

Las manos de toluqueños le dan vida, color y forma a una de las ricas artesanías forjada a través de los años del Estado de México, se trata del el dulce de alfeñique, una representación viva de una de las tradiciones más emblemáticas de nuestro país, el Día Muertos – por extraño que parezca es una de las celebraciones más alegres y coloridas que se lleva a cabo en todo México-, y aunque pensamos que este dulce es mexicano, en realidad es de origen árabe y traído al país por los españoles, donde se le dio el toque muy al estilo mexicano.
Los primeros registros de este tradicional dulce elaborado a base de pasta de azúcar datan de 1630 en México, pasando hasta la creación de la Feria del Alfeñique en 1932, pero se cree que fue hasta 1970 que comenzó a ser como hoy la conocemos –máxima expresión cultural que ahora resalta al alfeñique como un patrimonio cultural en el Estado de México-, y la cual ahora se realiza durante los meses de octubre y principios de noviembre, en los emblemáticos Portales de Toluca, en el corazón de la capital mexiquense, especio que la ocupa desde hace más de 50 años.
Así que corre ¡aún estás a tiempo de conocerla y disfrutarla! Encontrarás muchos tipos de alfeñiques, los cuales pueden hacerse con azúcar, almendras, pepitas de calabaza y más. Recuerda que, además de calaveritas, cruces, ataúdes y coronas, también podemos encontrar alfeñiques en forma de frutas, por lo que el alfeñique es un arte que va más allá del Día de Muertos. Y el distintivo, el borreguito, que en Toluca se crearon como un símbolo de gratitud religiosa, relacionada con el “cordero de Dios“.

Se cuenta que, el artesano Francisco de la Rosa solicitó permiso a la Corona española para elaborar alfeñiques, y así salió de los conventos para venderse en las calle y de ahí la creación de esta Feria,
Pero ¿sabes por qué se colocan figuras del alfeñique en la ofrenda?, aquí te damos una breve explicación: Resalta que, de acuerdo con historiadores y cronistas para los antiguos mexicas, no existía el cielo y el infierno, sino el Mictlán, el inframundo en donde las personas continuaban sus vidas, por lo que los enterraban con ofrendas como comida, utensilios y otras pertenencias.
Por lo tanto, se especula que las calaveritas de alfeñique, azúcar, amaranto o chocolate son una manera de recordar nuestras raíces indígenas –se parecen al tzompantli– una ofrenda que constaba de cráneos acomodados en hileras, los cuales tenían el objetivo de honrar a los dioses; pero a la llegada de los españoles, estas prácticas fueron cambiadas.



La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural explica que “con la llegada de los españoles, los mexicanos siguieron colocando su altar, pero sin cráneos de verdad, luego de adquirir la técnica del alfeñique que utiliza azúcar, agua caliente y limón para crear una masa moldeadora que permite realizar diferentes figuras, entre ellas las calaveritas de dulce”, elementos que ahora puedes encontrar en la Feria del Alfeñique que te espera en los Portales de Toluca, donde también encontraras otros tipos de dulces típicos.
La tradicional Feria del Alfeñique se lleva a cabo desde 1932, donde los primeros artesanos comenzaron a comercializar sus productos con sus vecinos, y poco a poco se expandieron a los Portales, con el afán de fortalecer la milenaria tradición del Día de Muertos, y hoy en día también es un encuentro cultural que incluye gastronomía, música, danza y talleres. Y este espacio es el símbolo de unidad de las familias que se dedican a la creación de este dulce, donde se saborea la magia de esta rica tradición de más de 400 años.


