*Eréndira Zavala C*
En México, la pirotecnia se encuentra presente en sus fiestas populares, es la actividad que cierra con broche de oro la celebración, la última ofrenda al santo patrono de la fiesta, un momento de luces, colores y juegos.
La pirotecnia es la encargada de la fabricación de los fuegos artificiales. A China se le considera como la cuna de la pólvora, descubierta durante la dinastía Tang (607-960); en el siglo XIX, algunos países europeos le aplicaron nuevos agentes químicos para que las explosiones tuvieran colores, dando origen a la pirotecnia moderna. En nuestro país, la pólvora comenzó a utilizarse con la conquista española para cargar sus mosquetes; se dice que Pedro de Alvarado mandó a buscar los ingredientes necesarios para su elaboración: azufre, salitre y carbón, encontrándolos en el Popocatépetl, el Lago de Texcoco y en sus bosques. En 1600 se instaló la primera fábrica de pólvora en Chapultepec y hasta 1782 se inauguró la Real Fábrica de Pólvora de Santa Fe, que después de tres incendios y la Independencia de México, fue arrendada y en 1910, reinaugurada por Porfirio Díaz.
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La quema de toritos es una tradición popular que se lleva a cabo principalmente en las fiestas patronales y tienen un significado religioso pues se dice que simbolizan al diablo persiguiendo a los herejes para castigarlos. Los toritos son estructuras de carrizo adornadas con papel, luces y otros elementos, que se rellenan con fuegos artificiales, cohetes y materiales pirotécnicos que dan un espectáculo visual y sonoro muy llamativo; esta estructura lleva también un armazón de protección para quien lo carga: una camisa de franela, un petate, un costal, todo mojado para asentar la pirotecnia y evitar un incendio a la persona. Para una fiesta pueden elaborarse varios de ellos, entre más grandes y cargados de cohetones, mayor prestigio para la familia o barrio que los fabricó.
Igualmente, los castillos, como los toritos, iluminan y asombran a quienes los ven, estructuras de varios metros de altura que llevan series de fuegos artificiales, que son encendidos de forma escalonada, mientras van mostrando diferentes figuras, colores y cohetes utilizados. Estas estructuras se elaboran en los talleres pirotécnicos y son armadas en el lugar del festejo. Actualmente, son pocas ya las personas que se dedican a esta actividad y menos las que tienen interés en continuar con la tradición.
A pesar de la gran controversia actual acerca del uso de la pirotecnia, los toritos y castillos son elementos importantes en las fiestas y tradiciones de la cultura mexicana; una manifestación cultural que refleja alegría, colorido y tradición festiva de México.
