*Gaby L.C.*
¿Sabías que existe una gran diversidad de panes para celebrar el Día de Muertos?, aquí te contamos los más populares a lo largo y ancho del país para que cuando los conozcas, no puedas resistirte a su sabor. Están aquellos en forma de animales (zoomorfos), personas (antropomorfos), plantas (fitomorfos) o seres fantásticos (mitomorfos), así como el clásico pan de muerto con azúcar, con ajonjolí, relleno de nata o no rellenos.
Estos panes suelen prepararse por una temporada, entre septiembre y noviembre, y suelen adornar los altares de muertos que tienen su origen en las culturas prehispánicas que consistían en “panes” de diversas figuras como mariposas o rayos (xonicuille) hechos a base de amaranto y “pan ázimo” que era un pan de maíz seco y tostado. Sahagún lo describe así por no llevar cal, a este pan se le llamaba yotlaxcalli, otros ofrecían unos tamales (xucuientlamatzoalli) y maíz tostado llamado Izquitil.
El equivalente al pan de muerto como ahora lo conocemos sería el “huitlatamalli” que era una especie de tamal. En la época prehispánica se hacía la “papalotlaxcalli” o pan de mariposa que era exclusivo de esta ceremonia. Al parecer era como una tortilla a la cual se le imprimía a la masa aún cruda un sello en forma de mariposa, una vez cocida, se pintaba coloridamente.
Sobre el pan de muerto, Pablo Neruda decía “intacto, eres acción de hombre, milagro repetido, voluntad de la vida”. Además de ser delicioso y de formar parte de una celebración tan importante, es uno de los que más gustan y se desfrutan debido a que no todo el año se puede consumir, dejando los paladares llenos de agradables sabores y texturas, pero pocos conocen su origen, significado y sus diferentes presentaciones.
El pan de muerto es una mezcla la herencia europea y la prehispánica por ello hay varias interpretaciones de este pan; hoy en día el más famoso es la “hojaldra”, su forma simboliza lo siguiente: En el círculo del centro del pan simboliza el cráneo del difunto y las tiras son imitación de los huesos. En algunos casos agregan esencia de azahar que tiene la intención de evocar el recuerdo de los difuntos, el que más se consume es el espolvoreado de azúcar blanca o rosa.
Pero cada estado tiene sus variantes de este pan tradicional, y aquí te traemos algunas de estas presentaciones.
Las Muertes en el Estado de México, un pan antropomorfo hecho de yema de huevo, de esta misma masa se realizan los conejos, los borregos y las finas, que aparte lleva canela. También se produce pan blanco como el tricornio y el pan sobado, que es una mezcla de masa blanca y masa dulce. Se realizan las gorditas de maíz quebrado, los tlaxcales, que están hechos de maíz fresco en forma de triángulo.
Bordes dentados con la superficie blanqueada, salpicada con manchas rojas que representan los sacrificios prehispánicos, las quesadillas, son en forma de empanadas rellenas con piloncillo y queso fresco.
En Ciudad de México se realizan las “despeinadas”, rosquitas de azúcar colorada, el típico pan de muerto con azúcar, ajonjolí y granillo, pan estilizado bordado con la misma masa y una cruz en el centro. Los panes en forma de mariposa, ya que se creía que, al morir, las niñas se convertían en mariposas. Las despeinadas varían en cada local o panadería, pero todas giran en torno a la tradición del sabor.
Pan de ofrenda en Michoacán, el cual se realiza con harina de trigo, azúcar, sal y colorante rosa, pues es conocido por su bonito tono rosado o bien café. En varias localidades se hace en hornos de leña, lo cual le provee un sabor especial, pero sin duda, la peculiaridad de este pan es su forma que puede ser como un cuerpo humano, un animal mitológico, en forma de hojas o de animales como conejos y burros.
Yemitas, este pan se elabora principalmente en los Valles Centrales de Oaxaca, donde se le conoce también como pan de yema. Como su nombre indica se elabora con yemas, huevos, harina de trigo, mantequilla, azúcar y en ocasiones pulque. Para la temporada del Día de Muertos se le inserta una figura de alfeñique o de harina que representan las ánimas o personas fallecidas y suelen ser panes redondos o con forma humana.
También en Oaxaca están las “regañadas” panes de pasta hojaldrada que se utilizan en las ofrendas y que representan las “animas” de personas o animales. Mientras que en Puebla se hacen los “Golletes” (roscas adornadas con colores). El “sequillo” que es un mamón seco con un color amarillo yema de huevo.
En Hidalgo se hacen las moriscas de harina, canela, huevo y pulque. En Xochicoatlán, “bodoques”, pan que se regala a las personas que asistían al novenario. En la región huasteca se produce en estas fechas el pan conocido como “peluca”, pan que solía repartirse en los velorios y puesto en las ofrendas de muertos
Mientras que en Morelos, podrán disfrutar del pan antropomorfo, sumamente adornado con bordado de la misma masa y los brazos a los lados a diferencia de otras regiones que representa los brazos cruzados; así se termina una lista de algunos de los panes.
Sin embargo, en el resto del país se elaboran muchos otros tipos que por su variedad sería difícil incluir en esta breve descripción. La panadería en México es todo un arte en el que se mezclan ideas, vivencias y sabores. Cuéntanos, ¿qué otros tipos de pan de muerto conoces?